Con la llegada del 2021, empezará la efervescencia política para las próximas elecciones.
La olla empezará a hervir.
En este entorno, aunque se quiere dar una imagen de paz y concordia, no todo será miel sobre hojuelas en la alianza entre priistas, panistas y perredistas.
Como le adelantamos hace algunas semanas, los jaloneos van a estar buenos, sobre todo en las disputas por las candidaturas de las presidencias municipales.
El caso más sonado será Puebla capital.
Y es que aunque es obvio que se está trabajando en la imagen de Eduardo Rivera, con la publicación constante de encuestas que lo mantienen arriba de las preferencias, lo cierto es que las mismas tienen un grado de inverosímil.
Sólo hay que recordar la pasada elección del 2018, cuando días antes, las mismas encuestadoras daban por hecho que el panista no sólo sería el ganador, sino que aplastaría a Claudia Rivera.
¡Pero oh sorpresa!, todos sabemos el resultado final y esas encuestas trataron de olvidarse.
Claro, fueron muchos los factores de su derrota, entre ellos las traiciones conocidas del morenovallismo.
Sin embargo, las encuestas lo marcaban arriba y ahora las traiciones no están descartadas.
Quienes no olvidan dichos sondeos son los priistas y algunos panistas, quienes las han puesto en la mesa para recordarles a los seguidores del ex presidente municipal, que no puede cantar victoria.
Así ha empezado el jaloneo y la negociación de la planilla, en la cual la disputa será segundo regidor, quien tendrá por seguro entrar al próximo cabildo.
Enrique Doger, será la carta priista para ser el candidato, mientras que en el PRD, Roxana Luna, busca ser la más viable, por eso le resurgió lo activista, cuando estuvo en la sombra en años que no había elección.
Y si a ambos no les dan la candidatura, su consolación que pretenden es una curul.
En el río revuelto, una de las que quiere ganar hueso es Ana Teresa Aranda, quien está en busca de una candidatura, la que sea es buena.
Sin embargo, ya se dice en los corrillos panistas que, ante la cuota de género, podría ser la abanderada de la coalición, claro si los panistas (léase Genoveva Huerta) o priistas, la dejan.
Se ve una misión imposible.
En tanto, el eterno soñador Enrique Doger Guerrero, está en busca de su hueso anhelado y regresar al Charlie Hall, por eso ya trabaja con las huestes blanquiazules.
Lo malo es que nadie se la cree, ya que dicen para el ex rector y ex edil, le ha sido buen negocio ser abanderado.
Por eso en su mente realmente sabe que sólo le alcalizaría buscar una diputación.
Arderá Puebla pronto políticamente. Ya les iremos contando.
La reelección
Con su reelección de manera unánime para estar cuatro años más en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), la figura de Héctor Sánchez Sánchez, ha crecido políticamente de manera enorme.
Demostró simplemente que trabajo mata grilla.
Y es que luego de ser una de las piezas claves de los gobiernos estatal y municipal de Tony Gali, se ha logrado mantener en las simpatías no sólo de los magistrados, sino del mismo gobernador Miguel Barbosa.
Esto también demuestra que no hay ninguna cacería de brujas contra todo lo que huela a Moreno Valle o Tony Gali, como se dice, ya que quien no tenga cola que le pisen, no tendrá que preocuparse.
De este modo, Héctor Sánchez, sin meterse en grillas estériles, se dedicó solamente a trabajar y trabajar sin tintes políticos, no más.
Hay que recordar que incluso en 2019, ante la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso, se manejó su nombre como posible candidato a la gubernatura, por ser totalmente apolítico, figura que necesitaban los morenovallistas.
Pero desistió, al no ser parte del grupo.
Esa postura y el tiempo le han dado la razón.
Ahora, no hay que perderlo de vista.
Tiempo al tiempo.