Le va a parecer absurdo lo que le voy a comentar pero en el Centro Histórico de Puebla hay un líder de comerciantes informales que cobra con favores sexuales permisos para vender en las calles. Si la mujer se niega o no le gusta le tiene que entrar con sus 5 mil pesos para tener un permiso para poder trabajar.
El sujeto del que le comentó, se llama Juan Rosas y le dicen "El Moles", quien, de manera conjunta con otro líder de nombre Martín Juárez, se reparten las calles del primer cuadro de la ciudad, que van de la 10 Poniente y 3 Norte hasta la 5 y la 8, donde se agrupa un importante número de puestos ambulantes.
"El Moles" ya fue denunciado públicamente en una manifestación que comerciantes realizaron la mañana del miércoles 17 de febrero, frente a la Catedral de Puebla, no sólo por lo que le acabo de comentar, sino porque junto con sus hijos y su grupo de golpeadores se dedica a atacar a comerciantes que colocan sus puestos y no le pagan su cuota, además de que les roba su mercancía.
Debe de imaginar el lector lo que las mujeres comerciantes tienen que soportar: los acosos, las caricias forzadas y hasta los albures, lenguaje verbal que utiliza para molestarlas, además de sus 5 mil pesos que cuesta el permiso.
Este dinero supuestamente va a parar a los bolsillos de algún funcionario del Ayuntamiento, para que se les pueda dar permiso de vender sin que sean molestados, lo que parece ser falso.
Y es que el lector recordará que en este espacio le comenté que los responsables de las pasadas agresiones contra inspectores del Ayuntamiento, ocurridas en el centro de la ciudad, fueron integrantes del grupo de choque de "El Moles', además de sus hijos, porque no les permiten vender en las calles.
Pero además de "El Moles", con sus acosos sexuales y sus amenazas, a los hijos de este sujeto, también les da por ser golpeadores, hasta la esposa de este personaje, que por su cuenta pide cuotas para sus productos de belleza.
Y pensar que esta familia llegó al Centro Histórico vendiendo memelas, de salsa roja y verde, con queso y cebolla y frijol en medio.
Nos vemos cuando nos veamos