El que nada debe, nada teme, reza el dicho, pero al parecer nuestros políticos poblanos tienen bastantes razones para implorar los milagros de la Virgen de los Amparos.
Ayer se reveló que al menos seis figuras políticas, entre ellos exalcaldes, exservidores públicos y hasta un exmagistrado, solicitaron amparos para evitar que sean llevados a la cárcel.
Los delitos por los cuales la Auditoría Superior del Estado (ASE) ha requerido las investigaciones penales pueden englobarse en dos: desvío de recursos públicos y malversación de fondos.
Sí, estos angelitos y angelitas, porque la corrupción también es incluyente, encontraron en el servicio público a la gallina de los huevos de oro.
La imagen de los políticos en México y Puebla se reafirma con esta cascada de amparos que presentaron figuras que hace apenas unos meses se sentían con el poder suficiente para realizar negocios poco transparentes con dinero que ni suyo era.
Expresidentes municipales como el de Tepeaca, David Huerta; de San Martín Texmelucan, Rafael Núñez; o de Tehuacán, Ernestina Fernández, tendrán que desempolvar los viejos recibos y comenzar a explicar cada centavo que sus administraciones gastaron si no quieren verse en el espejo de Felipe Patjane.
Edmundo Tlatehui y Sergio Quiroz, quienes fueron servidores públicos en San Andrés Cholula, también harían bien en volver a revisar los archivos y documentos que firmaron, pues como titulares de Desarrollo Urbano y de la Tesorería, serían responsables de los presuntos desvíos que actualmente se indagan.
El caso más emblemático de presunta corrupción lo encara quien hasta inicios de este año se desempeñaba como magistrado: Jorge Benito Cruz Bermúdez.
Al exmorenovallista la justicia federal ya le negó un amparo, por lo que no es casual su premeditada ausencia.
Al final, sea persecución, venganza o una simple aplicación de la ley y la justicia, la realidad es que su pasado los persigue.
La cuesta de los independientes
Anoche durante Destrozando la Noticia platiqué con Norma Romero, una mujer que busca ser candidata independiente a la presidencia municipal de Puebla.
Entre los varios temas que tocamos destaco dos. El primero fue precisamente sobre los enormes retos que tienen que sortear quienes desean participar por un puesto de elección popular sin tener que deberle nada a los partidos políticos.
Como muestra de esta complicación, Norma, a quien conozco desde mis años universitarios, nos contó que por un lado las reglas de sanidad recomiendan que entre la aspirante y los ciudadanos que le entregarán su apoyo exista una distancia de metro y medio, espacio que simplemente es imposible mantener para cumplir con el requerimiento de firmas y fotografías que exigen las autoridades electorales para avalar los respaldos.
Amén de los limitados recursos con los cuales se le permite realizar las actividades electorales, consideró que parte de las reglas resultan absurdamente “contradictorias”.
La única aspirante sin partido, de los nueve suspirantes que buscan la alcaldía de Puebla, pidió a los viewers que la respalden al igual que a todos aquellos que se animan a transitar por la vía independiente para poder ser gobernantes.
Sin duda la de Norma Romero es una apuesta tan valiente, que alcanza rasgos suicidas.
¿Puebla estará lo suficientemente madura para tener alcaldes independientes?