Para poder analizar y entender lo que puede suceder en el 2024 en Puebla, es clave y fundamental contemplar todos los posibles escenarios nacionales. La lucha por Casa Aguayo pasa necesariamente por la capital del país y principalmente por Palacio Nacional.
El primero y más simplista es que Morena y su bloque de afines llegue a los momentos de las definiciones con una ventaja de 20 puntos sobre su más cercano rival, lo que alimentaría aún más la soberbia del Tlatoani Macuspano, dándole la posibilidad de hacer lo que él más disfruta: hacer lo que se le pegue la gana.
Y ahí no hay más, Claudia Sheinbaum será la candidata por ser la cómplice perfecta para prolongar su mandato con una mujer que no conoce otra forma de hacer política que obedeciendo los designios de quien ha sido y será su jefe y señor.
Así las cosas, la misma fórmula se repetiría en todos los estados en donde haya elecciones para gobernador, aplicando la de Guerrero en donde si la ley y los tribunales impiden que sea su compadre, pues entonces que sea su hija; ¿por qué no?
Con base en ese escenario, apunten ustedes a Nachito Mier. No habría otro más sumiso al proyecto cuatrotero. Sus muestras de entreguismo en San Lázaro lo colocan en el primerísimo lugar de la fila.
¿Y qué pasaría si alguno de sus excesos legislativos le impidiera ser candidato?
Pues nada, ya tiene a su camaleónico hijo gobernando Tecamachalco y a su otra heredera disfrutando de la dieta legislativa como diputada local.
Digamos que hasta “torita” podríamos tener en Puebla si los márgenes de ventaja le permiten a AMLO hacer su voluntad.
Aunque con la diferencia y el riesgo de que en Puebla, el PAN y su posible alianza con el PRI les de condiciones de alta competitividad, particularmente si Morena apuesta a la imposición.
¿Y si los márgenes de la elección presidencial fueran menores a los 20 puntos y con tendencias a la baja?
Cómo dijera el clásico: “esa… esa es otra historia”.
En mis próximas entregas entraremos a esos espeluznantes caminos, en donde la baraja de partidos, alianzas y candidatos, es más amplia que un zapato de crupier de Blackjack en Las Vegas.
El fracaso anunciado del trenecito
Tal como lo anticipó Intolerancia Diario, desde antes que iniciara operaciones el llamado Tren Turístico, era un proyecto destinado al fracaso, poca gente se interesaría en conocer colonias populares de Puebla y Cholula, y la fachada del Mercado Hidalgo.
Ayer el gobernador Luis Miguel Barbosa anunció que a partir de 2022 dejará de operar, porque cada pasajero que se sube a ese tren, ocurrencia de Moreno Valle, le cuesta a los poblanos mil 500 pesos.
Aún y cuando no lo quisiéramos mencionar, hay que recordarle a quienes lo llaman el mejor gobernador, que la ocurrencia de Rafael Moreno Valle le costó a los poblanos mil cien millones de pesos, que pudieron destinarse en su administración al equipamiento de hospitales, escuelas y apoyo al campo.