¿Qué tan mal operador político debes ser para que el sueño de tu oposición, literalmente, te robe el tuyo durante unas vacaciones de Semana Santa?
Lo pregunto porque ayer por la tarde en un original madruguete, legisladores de la oposición, PRI y PRD, llegaron a San Lázaro con maleta y cobijas en mano para pasar una interesante velada en la Cámara Baja.
La idea de ambos grupos parlamentarios era evitar los bloqueos que Morena había anunciado y con ello reducir el número de diputados presentes a la sesión donde se discutiría la Ley Bartlett.
Y por increíble que parezca, al poblano le metieron dos goles y él ni se enteró.
Los videos de ambos partidos políticos obligaron al poblano Nacho Mier a reagendar, posponer o aplazar la sesión que se tenía planeada para este martes. La nueva fecha será el Domingo de Resurrección a las 10 de la mañana.
Pero el escándalo no acabó ahí.
El flamante operador, a quien se le ha entrampado la Reforma Eléctrica que le encargó su patrón, tuvo que ser respaldado por sus compañeros para hacer frente a los cuestionamientos de la prensa y a pesar de ello se dio una enorme exhibida.
Ante las preguntas serias, Mier sólo atinó a contar chistes bobos. Fue incapaz de decir por qué se aplazó la llamada Ley Bartlett que hasta antier “no podía esperar un día más”.
A las ideotas de Mier hay que agregarle detallitos como que es el hijo político de Manuel Bartlett. Cuando el titular de la CFE fue gobernador de Puebla, el morenista era presidente estatal del PRI.
Durante ese mismo sexenio, Mier Velazco se ostentó como legislador, pero a juzgar por los pésimos resultados en la Reforma Energética poco o nada aprendió del cabildeo.
De ahí parte de la importancia de que Mier respondiera a las exigencias y sacara a flote esta Reforma Eléctrica que cada vez se vislumbra más complicada.
Y cómo lo que bien se aprende jamás se olvida, es seguro que tras la derrota de anoche, Mier ocupará las mismas marrullerías de su padre político para tratar con dientes y garras de que los diputados de la oposición avalen el más reciente capricho de Andrés Manuel.
Así como a Bartlett se le cayó el sistema al ver perdida la elección presidencial, ahora su pupilo al saber que no le alcanzaban los números para la reforma constitucional, usó la mayoría que tiene Morena en la Junta de Coordinación Política para aplazar hasta el domingo la votación y tratar de comprar, extorsionar, amenazar, chantajear o lo que sea necesario y así complacer a sus dos patrones.
Aunque esta batalla no es la final, la oposición colocó una importante estocada a los sueños políticos del poblano y de paso debilitó la llamada Ley Bartlett aunque no debemos olvidar que la última palabra, la votación final, aún está en el aire y estaremos atentos a que panistas y priistas cumplan con la palabra empeñada y sean una verdadera oposición a los caprichos del inquilino de Palacio Nacional.
¿Resucitará la oposición el domingo?
Veremos y diremos.