Agua de Puebla ha abusado de los poblanos desde que se le otorgó la concesión del servicio potable en la capital y algunas colonias de la zona metropolitana.
Cobros desmedidos, cambios de medidores sin autorización de los usuarios, tarifas mal aplicadas, falta de servicio y agua con pésima calidad; son sólo algunas de las muchas quejas que la firma enfrenta cada día.
Pero al parecer a los abusivos se les hace agua la canoa y en breve tendrán que dar explicaciones y abandonar a la gallina de los huevos de oro.
Como bandera de campaña en 2018, los que fueron diputados locales por Morena se comprometieron a romper esas cadenas y regresarle a los poblanos el servicio del agua, pero pasó toda la legislatura y nada.
Entre excusas y explicaciones, los morenistas, con alcaldes incluidos, soslayaron que resultaría altamente costoso finiquitar esa concesión, amén de que la ciudad no cuenta con la tecnología para proveer de agua a los poblanos.
En su reciente visita a Puebla, el presidente Andrés Manuel López Obrador soltó alguna frase en la que aseguró que el estado contaría con el apoyo de la federación para poder terminar el acuerdo con Agua de Puebla.
Ayer el gobernador Miguel Barbosa secundó sus palabras y escuetamente advirtió que el tema de la concesión regresará a la agenda, en breve.
El reto legal, económico y operativo es mayúsculo, por lo que se antoja complicado –que no imposible- rescindirles la concesión. ¿Lo lograrán?
Veremos y diremos.
La visión metropolitana de Rivera
Ayer el alcalde Eduardo Rivera reconoció que a los ciudadanos que viven en las zonas limítrofes de Puebla, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula y Cuautlancingo no les importa saber qué autoridad es la responsable de podar los camellones o mantener la iluminación pública.
Y es verdad, quienes vivimos o transitamos diariamente por la Recta a Cholula o bulevares como Niño Poblano, Forjadores, Atlixco y Municipio Libre, deseamos que las guarniciones estén debidamente señaladas, que haya luz cuando pasamos por las calles y que en general sean más transitables y seguras.
De ahí la relevancia de que ayer se hayan puesto de acuerdo los presidentes municipales de estos ayuntamientos, de diferentes partidos políticos, y se hayan comprometido a brindar los servicios públicos en las zonas que por años fueron abandonadas, en espera que “el otro gobierno” reaccionara.
Aunque la seguridad y la movilidad en la zona metropolitana son las demandas más sensibles de quienes atraviesan uno, dos o hasta tres municipios diariamente para ir a estudiar o al trabajo, la iniciativa que encabezó Rivera Pérez en la Primera Jornada Metropolitana De Servicios Públicos sienta un buen precedente.
Esperemos que los resultados sean palpables y que esa sinergia entre los municipios y el gobierno del Estado, ayuden a reducir tanto los delitos como la percepción de inseguridad en las cuatro demarcaciones.
Por lo pronto, en la Recta a Cholula, comenzaron con el pie derecho.