No importó que fuera la peor evaluada, tampoco que durante su primer periodo fuese omisa ante las constantes violaciones a los derechos humanos de los mexicanos y hasta de los migrantes que atraviesan nuestro país. La designación de Rosario Piedra Ibarra frente a la CNDH, hace cinco años, se dio entre votos perdidos, manotazos y gritos.

Ayer, nuevamente, se enlistaron en la tribuna del Senado decenas de razones por las cuales no se tendría que permitir la reelección de la mujer que guardó silencio, durante el sexenio de AMLO, ante las desapariciones forzadas, la tortura, la persecución a migrantes, la falta de medicamentos y hasta en las masacres toleradas.

Hubo también advertencias como la de la senadora priista, Claudia Anaya, quien comparó a Rosario Piedra con la falsa psiquiatra Marilyn Cote, después de que se hizo público que una de las cartas de recomendación que entregó Rosario Piedra para su inclusión en la terna, era falsa: “Así como Marilyn Cote no es psiquiatra, tampoco Rosario Piedra tampoco es defensora de Derechos Humanos”.

Y lo más delicado es que esta vez, varios senadores de Morena tenían claro que sus convicciones no estaban con Piedra Ibarra. La división fue tan clara que con la torpeza que lo caracteriza, Adán Augusto, se aventó la puntada de querer darle las boletas ya tachadas a cada uno de los senadores de la 4T, para garantizar la mayoría calificada que pide la Constitución.

En un intento de intimidar a quienes habían expresado su negativa a continuar cumpliendo los caprichos a Andrés Manuel, se propuso cambiar la modalidad del voto, es decir, que no fuera secreto, como marca la ley.

Después vino la mampara, una similar a la que el INE coloca en las elecciones. Fue motivo del enojo del presidente del Senado al grado que Noroña pidió un receso y sacarla del pleno.

Y después el manotazo en la mesa. Videos dan cuenta de un mensaje que Adán Augusto daba a algunos senadores de la 4T en donde con gestos explicó que quería que cada uno mostrara su voto a la cámara antes de introducirla a la urna. La desesperación.

En la larga discusión lo mismo salió a relucir el cumpleaños de Andrés Manuel, por el cual entonaron Las Mañanitas a la medianoche, que el fondo de la votación. A decir de un par de senadores, la decisión de reelegir a Rosario Ibarra era una ofrenda más para el expresidente, quien desde Tabasco dictó la línea. Hubo quien aclaró que la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, apostaba por Nashieli Ramírez, quien fungió como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, durante la gestión de la morenista.

Al final, a la 1:28 de la mañana se informó el resultado previsible, de los 127 votos que se emitieron, faltó un senador, 1 voto fue para Paulina Hernández Diz, 3 fueron nulos, 36 para Nashieli Ramírez y 87 para Rosario Piedra.

Así, bajo intimidaciones y con la mínima necesaria, la 4T se disciplinó y dejó en claro que el único mesías al que le siguen rindiendo pleitesía es quien hoy celebra su cumpleanos. La presidenta Claudia Sheinbaum perdió la batalla. Y México, perderá en materia de Derechos Humanos, por cinco años más.