Alberto Amador Leal emprende el vuelo hacia las grandes ligas de la política nacional. Hacia la media mañana de hoy, deja la presidencia de la asociación Isidro Fabela para incorporarse a su Comité Ejecutivo Nacional. En su lugar llega Alberto Jiménez Merino, a instancia de los Morales Flores, sus grandes padres putativos. Sin embargo, lo hace en un momento de mucho descrédito, pues su arribo ocurre cuando en Toluca ha quedado muy en claro que, en Puebla, la asociación fue feamente amenazada y torpedeada por los operadores de Manlio Fabio Beltrones el pasado 25 de mayo, cuando finalmente un grupo de priistas formalizó en público su integración. No obstante que para esa fecha la asociación llevaba más de dos años de funcionar en la entidad, bajo el impulso del propio Amador Leal.
Pero también es de mal augurio porque su vicepresidente nacional, Guillermo Jiménez Morales, se ha comportado de manera timorata, suponiendo que es el gobernador de los priistas, que todos le deben obediencia y tomando decisiones a la usanza de los 70; también porque el exgobernador ya sucumbió ante las tentaciones del PAN, pues ya aceptó un cargo en el gobierno de Moreno Valle. Como presidente de los festejos del 150 aniversario de la batalla del 5 de Mayo. Una antigualla de la historia patria. Si el señor albergaba la esperanza de ser postulado al senado por el PRI, se quedó a medio camino en las últimas semanas. Salvo que ahora espere sea por la vía del PAN.
La asociación Isidro Fabela es de análisis y proposición, no es una instancia de partido, no tiene que ver nada con el PRI ni con ningún otro. Pero el analfabetismo político que priva en algunos grupos priistas, llevó a muchos a suponer que la instalación de aquella, era el arrebato de los puestos por la gente de Enrique Peña Nieto. Otros de plano supusieron que el nombramiento de delegados de la agrupación, en algunas cabeceras de distrito, era la designación de candidaturas a diputados federales, y se desató una guerra a muerte. Intestina que, visto microscópicamente, recuerda mucho lo ocurrido en el 2006 con Madrazo. De ser el preferido nacional y hallarse muchos puntos arriba del PAN y el PRD, por las desavenencias internas de sus camarillas terminó vergonzosamente en un distante tercer lugar.
De manera señalada en Huauchinango, en la que un grupo de personas encabezados por el diputado Ricardo Urzúa (un hombre que por razones extrañas no haya reposo en ninguna parte), hicieron viajes de airado reclamo al CEN del PRI, en el que exigieron como propia la diputación de aquel distrito, y luego lo hicieron en Toluca, sin obtener ninguna respuesta en virtud de que la asociación no es el PRI, ni forma parte de su estructura. Como dijimos, se trata solamente de un grupo de ciudadanos soberanamente organizados para hacer propuestas de orden general, y eventualmente y llegado el caso, analizar si apoyan o no a candidato alguno, sea a la presidencia de la República o a otros cargos de elección popular.
¿Por qué el enojo a muerte en Huauchinango? La razón es muy sencilla, hace unas semanas se mandó levantar una encuesta para conocer el estado de aceptación de los diferentes precandidatos a la diputación de aquel distrito. No sólo se midieron a los aspirantes priistas, sino también a los panistas y perredistas y cuántos han dicho que quieren el puesto. Pero he aquí que los demonios se soltaron cuando se reveló que el más popular y aceptado no era René Lechuga Fosado, ni José Esquitín, ni Rogelio López, ni el panista Juan Carlos Valderrábanos, sino Carlos Martínez Amador. Un cuate que fue alcalde de Huauchinango hace seis años y luego diputado local, y que por las razones que sean, genera confianza, y es querido por la gente del distrito. Tal vez porque hoy los votantes juzgan el desempeño de sus gobernantes, ofreciéndoles o retirándoles su apoyo. Y la de Martínez Amador se agiganta frente a la de su sucesor.
La incorporación de Albero Amador Leal al equipo de primer nivel de la asociación Isidro Fabela era una decisión cantada con bastante anticipación, por razones harto conocidas en el mundillo de la alta política. Las tareas de Amador Leal serán con Fernando del Villar, con quien en tiempos de Carlos Salinas dirigieron el CISEN, uno en la dirección general, el otro en la secretaría general. De aquellos moldes es hechura de Ardelio Vargas. Pero más que una relación de camaradería ideológica, la del Villar-Amador es una relación técnica, pues ambos son de los grandes expertos en análisis de seguridad nacional.

Chayo news
Anteayer fueron separados del Comité Ejecutivo del sindicato del IMSS 16 trabajadores de un trancazo. Cada cual fue notificado que a partir del día siguiente debería presentarse a su respectivo centro de trabajo.
Aquella medida como otras anteriores, son bien recibidas por los sindicalistas porque se entiende que de ese modo se busca devolver la estabilidad política a la agrupación, que permita convocar a nuevas elecciones.
Pero lo que nadie entiende es porque se mantiene en el comité a un personaje como Sergio Nava Quiroz, quien no sólo es identificado como el principal instigador en contra del anterior comité, sino que se le vincula con una serie de actos de corrupción.