Va otra de ministeriales. En esta ocasión, amigo lector, le invito a rendir un “reconocimiento” al comandante Faustino Flores Muñoz, al mismo agente del Ministerio Público, Arturo Martínez Bermúdez y a los agentes de la Policía Ministerial que, “valerosos”, “con una hombría inusual” se fueron a meter a las casas de tres mujeres solas, armados hasta los dientes y con chalecos antibalas; claro por la misma “peligrosidad” de tres féminas, además de que las trataron como si fueran los delincuentes más peligrosos; por supuesto, debieron haber pensado que se estaban enfrentando con el crimen organizado y que las escobas que empuñaron las mujeres para defenderse eran armas “mata policías”.
La denuncia está radicada con el número de averiguación previa 1255/2011, en la agencia del Ministerio Público de Tecamachalco, contra de Arturo Martínez Bermúdez, quien actualmente esta adscrito al Distrito de Izúcar de Matamoros, pero que también fue coordinador de Ministerios Públicos de Tecamachalco, además del comandante Faustino Flores Muñoz y Juan Carlos Venustiano, jefe de grupo. El delito es abuso de autoridad y lo que resulte.
Las agraviadas son: Amalia Flores Silva, Anita Flores Jiménez y Margarita Martínez Aquino, vecinas de la comunidad de Palmarito Tochapan y se trata de los hechos ocurridos el 14 de septiembre a las 14:00 horas en los tres domicilios de las afectadas.
Amalia dijo que se preparaba para hacer sus quehaceres cuando por la fuerza se metieron un grupo de personas armadas, cuando les preguntó qué era lo que querían, uno de los que venía al frente del grupo dijo ser el comandante Faustino Flores Muñoz y otro que llevaba puesto un chaleco antibalas, dijo ser el coordinador de los Ministerios Públicos de Tecamachalco; le dijeron “no te metas, venimos por órdenes del procurador” y sin más comenzaron a registrar toda su casa, aventar todo lo que se encontraban en el camino y al ver que no había nada de lo que buscaban se fueron a la casa de Juana Candelaria y de la misma forma se metieron a la brava y registraron toda su propiedad, tampoco encontraron nada y fueron a rematar a la casa de Margarita Martínez, donde operaron de la misma forma, con abuso y con intimidación. Luego, al darse cuenta que se habían equivocado los ministeriales se retiraron, sin siquiera un “usted disculpe”, siempre altaneros, siempre abusivos y —según ellos— con permiso del mismísimo procurador.
Le comento que esta agresión se da en medio de todo el “juego de palabras” del nuevo gobierno de defender a la mujer de todo tipo de abuso, de acabar con la misoginia y con los casos de feminicidio, que no solamente son casos de homicidio, sino todo tipo de agresiones y las afectadas son mujeres que viven solas en medio del odio de una vasta familia de apellido Fuentes.
La denuncia fue presentada y la misma Comisión Estatal de los Derechos Humanos va a tener conocimiento de la misma.
Es tiempo de demostrar que “viene lo mejor”.
Arturo Martínez Bermúdez se embolsó 100 mil pesos
Le recuerdo la entrega del 13 de septiembre pasado, en esta misma columna dimos cuenta de una carta enviada por mujeres de la familia Aquino acusando al coordinador de agentes del Ministerio Público de Tecamachalco, de haberles pedido 100 mil pesos para intervenir a su favor en los conflictos que tienen sus maridos, hermanos e hijos con la familia Fuentes y terminarlos, dinero que fue pagado 50 mil en efectivo y el resto con una camioneta.
En esa entrega por error involuntario se dijo que el que recibió el dinero era el coordinador de Huauchinango, cuando en realidad se trató del de Tecamachalco, que como “premio” a sus transas y abusos fue enviado a Izúcar de Matamoros, donde al igual que Tecamachalco el crimen organizado esta tomando poder.
La carta
Una carta hecha por integrantes de la familia Aquino, de Palmarito Tochapan, dejó en claro que el conflicto entre esta familia y la familia de los Fuentes ha servido para capitalizar a alguno que otro funcionario, quienes convertidos en “mercenarios”, “rematan” la justicia al mejor postor.
Antes de este dato le comento que la familia Aquino ha dicho estar dispuesta a ser investigada por la autoridad que lo requiera, siempre y cuando les brinden garantías a su seguridad, refiriéndose a los integrantes de la otra familia —la de los Fuentes—, de acuerdo con lo que el documento escrito dice. Una de las mujeres Aquino fue quien entregó de mano la carta.
La familia Aquino dijo que se entrevistaron con el coordinador del Ministerio Público de la zona de Tecamachalco, Arturo Martínez Bermúdez, y le dijeron lo mismo: que ellos no eran los responsables de todo lo que se les acusaba y este funcionario les pidió 100 mil pesos a cambio de que el interviniera y se terminaran las venganzas entre las dos familias, además de que quedarían anuladas las investigaciones en su contra.
Los Aquino reunieron 50 mil pesos, además de una camioneta que entregaron al funcionario y al final éste no los ayudó, sino todo lo contrario, benefició a la familia rival, a grado tal que en los dos casos de homicidio en agravio de Sixto y Sergio, de apellidos Aquino Andrade, los presuntos responsables integrantes de la familia Fuentes no tienen ni siquiera orden de investigación, mucho menos de aprehensión y a ellos —los Aquino—, los persigue la policía y hasta les han puesto un apodo: “Los Tlacuaches”.
Dos integrantes de la familia Aquino, Jorge padre y Jorge hijo, están prófugos de la justicia buscados por sospecha de homicidio, sin embargo ninguna autoridad persigue o investiga a los Fuentes por la muerte de los dos hermanos, pese a los señalamientos directos que existen en su contra.
Nos vemos cuando nos veamos.
Porque los muertos corren rápido