Lo bueno: La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP) envió un comunicado donde indica que en acción conjunta la Policía Estatal Preventiva (PEP) y la Policía Federal Preventiva (PFP) detuvieron a nueve sospechosos de robo a furgones del tren.
Lo malo: La Policía Federal Preventiva remitió a 4 al Juzgado Calificador por intoxicación con sustancias prohibidas y por beber en la vía pública.
Los federales, ¿van a perseguir a borrachitos?
La delincuencia organizada en Puebla
Los federales deben de tener idea de lo que van a combatir en Puebla, sobre todo por el posible “efecto cucaracha” que se está dando tras los hechos que ocurren en Veracruz, además de que Puebla ha sido por años el paso obligado de narcotraficantes, contrabandistas, traficantes de indocumentados y de muchos otros delitos como el robo de vehículos y los asaltos a transportes, donde el estado ocupa primeros lugares.
Hay zonas como la junta auxiliar Romero Vargas, que se han convertido en el centro del tráfico de drogas como la heroína.
Hay listas, direcciones, identificaciones, claves de lugares donde se venden las drogas, incluso hasta nombres de servidores públicos que las permiten y que incluso les ayudan, como para perseguir borrachitos.
En zonas como Acatlán de Osorio, Matamoros, Atlixco, el incremento de los vendedores de drogas ha sido notable en zonas como Tepeaca, Tecamachalco, Ciudad Serdán y Tehuacán, los asaltos a transportes, secuestros y chantajes son una constante.
En la ciudad de Puebla operan bandas de asaltantes de comercios comandadas por exconvictos ligados a organizaciones criminales.
Existen expolicías que comandan redes de delincuencia organizada.
Existen mafias dedicadas a la venta de drogas.
Si los federales se dedican a perseguir a borrachitos, entonces ¿qué va a hacer la Policía Municipal de Puebla, si es lo único que les queda?
Las malas compañías
No se trata de criticar a una corporación policíaca por un “lento” avance, sin embargo los poblanos esperamos más de la corporación cuando la mayoría de la información de las agencias del Ministerio Público son robos a comercios, casas habitación, de vehículos, atracos a estudiantes, amas de casa y empleados.
Que quede claro, antes de la llegada de los federales, la Policía Ministerial, la del Estado e incluso la elite Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto (DGADAI) y en contadísimas ocasiones la Municipal, habían asestado fuertes golpes a la delincuencia; entonces, con la llegada de los preventivos federales se supone que la respuesta a la delincuencia va a ser más violenta y no la presentación de cuatro por “alterar el orden público”.
O una de dos, o los federales se están dejando llevar por las corporaciones locales y estos los están llevando “lejecitos” de donde opera la delincuencia o alguien tiene la intención de que no “luzcan” los modernos policías.
¿Y la fayuca, apá’?
Por cierto, la semana pasada agentes federales catearon varios negocios del centro de la ciudad en busca de contrabando y de “piratería”.
Varios locales fueron objeto de revisión y de aseguramiento de piezas de vestir y de calzado, revisiones que fueron consecuencia de prevención del delito.
Pero se les olvidó revisar las zonas donde la delincuencia de la “piratería” y el contrabando opera de manera impune como La Fayuca, La Cuchilla, el mercado Hidalgo, el Unión u “Hoyo negro”, además de la zona de la 46 Poniente, donde en varios locales se venden autopartes robadas y contrabando en refacciones.
Existen discursos de gobierno donde se reafirma que no van a tolerar este tipo de mafias y conste que estos discursos hacen referencia a los lugares antes señalados.
¿Estos negocios están “entrados”?
Y conste que no es necesario acciones de “inteligencia” para que en Puebla se ubiquen “focos rojos” de venta de drogas, “piratería”, contrabando, trata de personas y otros delitos englobados en la delincuencia organizada.
Pasearse por las calles gastando gasolina, solo para “tirar rostro” no es como se combate a la delincuencia, sobre todo cuando quienes llegan a combatirla están totalmente preparados para todo.
Nos vemos cuando nos veamos.
Porque los muertos corren rápido