El primer cuadro de la ciudad de Puebla es en este momento el principal centro de abastecimiento de la mafia, contando con el consentimiento de al menos dos líderes de grupos de vendedores informales y de jefes de cuerpos policíacos tanto del municipio como del estado, que reciben a diario “jugosas” cantidades como pago de “rentas” para permitir que opere una “mafia hormiga” que se dedica a los atracos en todos los niveles, desde los que se roban un celular hasta los que arrancan una cadena o se apoderan de autopartes, robos que son calificados como “delitos menores” pero que juntos hablan de un notable incremento en los atracos.
Muchos de los atracos que ocurren en el primer cuadro no son denunciados, muchas mujeres prefieren quedarse calladas y ser despojadas de alguna cadena de oro o un bolso, pero la joyas como mínimo tienen un valor cercano a los mil pesos y terminan siendo revendidas en un puesto del mercado La Merced, donde la principal líder, “La Comadre Carmela”, tiene mucho que ver en la proliferación de atracadores, lo mismo que otra líder —“La Lola”—, cuyos familiares encabezan las bandas de “rendieros”, como se les dicen a los que roban cadenas de oro, o “cadeneros”.
Esta columna tiene en su poder la lista de quienes se dedican a robos de cadenas, lista en poder del secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado tras una minuciosa investigación de inteligencia, aportada por la Subsecretaría de Investigaciones e Inteligencia, cuyo titular es un abogado que proviene del Distrito Federal que no sabe ni dónde tiene los ojos y dos mandos más.
Estos son Alfonso Sierra Peña, en su calidad de director operativo, quien también proviene del DF y nada le importa la seguridad de los poblanos y Ramón Cruz Gutiérrez Sánchez, conocido como “El kuick”, a quien los “cadeneros” conocen como “El Güero”, que es el principal “ganón” del famoso estudio de cómo operan las bandas de “cadeneros”; lista que al final quedó archivada, como muchas otras investigaciones que tienen que ver con las mafias poblanas y la delincuencia organizada, entre éstas el contrabando, el robo de vehículos y autopartes, el “narcomenudeo”, la trata y otros más.
“El Güero” se embolsa a diario 200 pesos de cada uno de los “cadeneros” que opera en el primer cuadro de la ciudad, tomando en consideración que al menos 20 de estos delincuentes operan todos los días ocurriendo entre 5 y 8 atracos o robos de cadenas, muchos no denunciados.
Existen mandos en la Policía Municipal Preventiva (PMP) que también permiten la operación de este tipo de bandas, que se hacen de “la vista gorda” cada vez que una mujer grita que ha sido despojada de su cadena. Es en verdad una vergüenza que este tipo de delincuentes se burle de los uniformes y de las insignias que portan hombres que se dejan sobornar.
Estos atracadores se pasean en grupos de entre 6 y 10, visten tenis de marca, lo mismo que ropas que han adquirido con atracos que se han cometido durante muchos años, con decirle que esta generación de “cadeneros” cuyas edades fluctúan entre los 20 y 25 años de edad actúan frente a los mismos policías y han hecho una verdadera burla eso de que “nadie puede estar por encima de la ley”.
Los nombres
Doña Carmen, la líder de un grupo de comerciantes informales, es la tía de Gonzalo —quien es el jefe de un grupo de “cadeneros”— además de que esta misma mujer se beneficia con el “pago de protección” a los que venden los celulares robados en toda la 8 Poniente, desde la 7 hasta la 9 Norte, quienes le pagan 200 pesos cada uno para que los “sacuda” de la presencia policíaca. Otra líder es “La Lola”, quien se mueve a sus anchas en la 8 Poniente, desde la 5 de Mayo hasta la 5 Norte y quien es familiar de Marcos Erick Ordaz, identificado como “El Keops”.
Los demás “cadeneros” son “El Chava”, Jesús de la Fuente Dolores; Javier Clemente Villegas, “El Cobas”; “El Payaso”; “El Piolín”; “El Pozoles”; “Takechi”; José Guillermo Carbajal; Miguel Juárez Pérez, “El Triby”; “Piloto”; “Beto”, “Coba”, “Churros”; “Mara”; “Huesos”; “Chavita”, nieto de “La Comadre”; “El Cobra” y otros más.
Quienes envían esta lista son los mismos comerciantes establecidos que están hasta la madre de los atracos a plena luz del día que sólo alejan a clientes y que los exponen a que sean víctimas de este tipo de delincuentes. ¿Sus nombres? Ni en sueños.
Operación robo
Para cometer una felonía de este tipo, los “cadeneros” o “rienderos” se reúnen en grupos de 6 a 10, operan desde la 8 hasta la 16 Poniente; de la 9 Norte hasta el bulevar 5 de Mayo, principalmente donde pasan los micros del transporte colectivo.
Dos de los delincuentes, entre los que se encuentran mujeres, siguen a la víctima hasta constatar que lleva una cadena de oro, luego dar una señal y otros dos se aproximan, esperan a que pase algún micro y en ese momento jalan la cadena y corren; otros dos se paran frente a la víctima para evitar que pueda alcanzarlos y los demás están listos para recibir lo robado y ocultarlo en caso de que el ladrón sea detenido por su víctima porque de la Policía ni pensarlo, esos están pagados.
Esta es una pequeña radiografía de lo que ocurre en el centro de la ciudad de Puebla.
“Lo mejor esta por venir.”
Nos vemos cuando nos veamos.
Porque los muertos corren rápido