Usted debe de recordar la pasada entrega cuando se tocó el tema del elemento de la Policía Estatal Preventiva (PEP), Roberto Rodríguez Moreno “El Cuervo”, donde a través de un mail se dijo que este personaje era el encargado de “cobrar las rentas” de vendedores de drogas y de otras mafias, dinero que iba a parar a la bolsa de otro policía con cargo de comandante, de apellido Pacheco.
Resulta que este mismo elemento en días pasados, al estar manipulando su arma, sin ninguna precaución se le salió un tiro y a punto estuvo de lesionar a uno de sus compañeros, por lo que fue arrestado y como consecuencia de su poca experiencia en el manejo de armas sus superiores decidieron quitarle la responsabilidad de estar en un grupo especial y lo enviaron a la base de operaciones de Ciudad Serdán.
Lo extraño de este caso no es que a este policía lo hayan enviado a otra comandancia, lo extraño es que su “superior inmediato”, el comandante Pacheco, no lo quiso defender, ni siquiera dijo a sus superiores que era un elemento de su confianza, “su perro”, como dice la carta.
Pero eso no fue todo, este mismo comandante Pacheco a partir del lunes dejó los grupos de Estrategias de la PEP y fue enviado a la base de operaciones que se encuentra en Izúcar de Matamoros, lo que indica que alguien en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP) o la misma Preventiva Estatal, tienen la intención de limpiar las filas de la uniformada y sacar de una vez por todas a personal “contaminado de corrupción”.

¿Y el caballo, apá?
De los muchos mails que han llegado a esta columna existen diversos que acusan a un elemento de la uniformada que se ha ganado sus asensos a base de las traiciones y de los golpes bajos, que también le han servidor para aumentar su economía en negocios sucios como la venta de heroína.
Nuestro personaje tiene como apodo “El Caballo”. Las quejas en su contra indican que se ha valido del fino arte de “lamer botas” para llegar a ocupar asensos en la corporación de la estatal, pero que después ya no le son reconocidos debido a su ineficacia para trabajar.
“El Caballo” tiene una pareja identificada como “La Tita”, uno de los personajes más importantes en la venta de heroína, que tiene como principal base de operaciones la junta auxiliar Romero Vargas.
La historia de “La Tita” no cabría en este espacio, es la hermana de otro “narcomenudista”, que está preso en el penal de San Miguel, sujeto a proceso por delitos contra la salud, tras ser detenido por personal de la PEP, como uno de los principales introductores de este tipo de droga.
Las quejas que han llegado por medio de denuncias anónimas indican que “La Tita” fue quien le puso una trampa a su propio hermano para quedarse con la plaza de las drogas en la Romero Vargas, y por la misma razón cayeron otros cuatro “narcomenudistas”, considerados como de “medio pelo”.
En todas estas detenciones, por lo menos como “dedo” o “informante” intervino el “Policía Caballo”. No es necesario preguntar que pidió a cambio de delatar a los “narcomenudistas” que se dijo eran sus “amigos”. Para empezar “La Tita” nunca más fue molestada por un solo operativo policíaco, y en estos momentos podría considerarse como “Reyna de la Romero Vargas”, además de que “El Caballo” ha tenido importantes ascensos en diversas bases de operaciones, asensos que ha perdido por una sola razón, no llego por meritos, sino por ese “compromiso” que enrique a su pareja.
Y las cosas que faltan por contar.

El correo de los muertos
En Matamoros, ¿de qué tiene miedo la PME?
“Estoy molesto con usted, si bien es cierto que los elementos de la Policía Ministerial, de la comandancia de Izúcar de Matamoros, tienen su puerta cerrada con cadenas y candado no es para que les haga burla, sino para que entienda que la delincuencia ya los rebasó y no saben cómo defenderse, además de lo que pasó en Chietla, donde los habitantes decidieron hacer a un lado a la policía y hacer justicia por su propia mano, sólo así se van a acabar los secuestros, asesinatos y chantajes en la zona.
”Acuérdese de lo que pasó en Tepexi de Rodríguez, donde los elementos iban a ser linchados por la población, y de otros asuntos donde policías han estado a punto de ser ajusticiados por corruptos.
”Esta bien que se encierren y no les caería mal que solicitaran un cambio, para que por lo menos puedan dormir”.

Hasta aquí la carta