Que alguien me explique.
Desde el inicio de la administración morenovallista, desde el discurso de entrada se anunció que el predio de Valle Fantástico iba a ser expropiado para dar entrada a un parque público.
De hecho, antes del ingreso de esta administración, se habían hecho movimientos “por debajo del agua”, donde incluso se prestó el ahora exprocurador Rodolfo Igor Archúndia Sierra para desposeer la propiedad a Inmobiliaria Hena.
Luego vino el litigio, litigio donde en más de una ocasión el gobierno de Puebla ha cantado victorias aplastantes de las que después se ha arrepentido, porque solo han tenido breves avances; de hecho, en estos momentos existe una orden federal para que no muevan una sola piedra del predio, orden que se han pasado por el arco del triunfo, amén de otro litigio que también se encuentra en pleito cerrado, ya que por un lado el gobierno hecho mano de su aparato legal —PGJ y TSJ—, y por otro tiene que justificar su actuar ante un Tribunal Federal y vaya que ni siquiera las invitaciones a comer les han valido.
Pero a todo esto existe una duda: ¿Quién está engañando al gobernador? ¿Quién se le acerca y le dice “señor, todo está resuelto” y le da la tranquilidad para hacer declaraciones? ¿Quién le tiene tan mala fe?
Sería mejor que esas personas se le acercaran y le pintaran un “panorama” real de lo que ocurre, que le dijera —como un abogado a su cliente— cómo se encuentra su asunto legal y fuera lo más frío para decirle “jefe, estamos perdiendo”, para dar entrada a otras estrategias legales y no seguir con un doble lenguaje, en espera de que ocurra como Puebla, “que los Ángeles trazaron sus calles”.
Lo ocurrido el jueves en Valle Fantástico pone en mal al gobernador y a sus colaboradores de este caso.
Cuándo se había visto un gobierno que “a cara de perro” —como dicen los policías— se burle de una autoridad judicial, que se esconda, que corra como los que se roban la luz o se apoderan de un terreno o casa que no es suya.
¿Quién asesora al gobernador?
Se infiltra la mafia en la Policía Acreditable
Los 200 elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) aún no terminan de probarse sus uniformes y aprendizaje, cuando ya se dice que en sus filas han ingresado personal que solo busca operar como “halcones” para el crimen organizado. Los policías que forman parte del grupo Acreditable, preparados para combatir todo tipo de delitos, desde los locales hasta federales, con amplio conocimiento en el manejo de armas, en negociación y rescate de rehenes y anexas, acaban de terminar otro curso más en Tlaxcala, están más que listos.
Pero nunca falta un pelo en la sopa.
Desde las mismas filas de la Policía Estatal llegó un comunicado, quien lo envía pide todo el sigilo posible, sobre todo porque se trata de la posible presencia del crimen organizado.
Y es que dice el reporte que por lo menos una de los elementos en activo tendría algún parentesco político con un personaje de la delincuencia organizada, que no tiene mucho que regresó después de haber sido secuestrado y llevado a Veracruz, donde fue obligado a ingresar a su organización delictiva, incluso le “prestaron” todo el personal necesario para sus actividades en Puebla.
Este personaje está identificado como “Bam-Bam”, exconvicto del penal de San Miguel, donde purgó condena por delitos contra la salud y donde incluso reclutó a internos prestándoles dinero para sus fianzas para que pasaran a ocupar un lugar en su organización.
Este mismo “Bam-Bam” estaría relacionado en diversos robos violentos a comercios y a casas habitación. La persona que se dice es su “incondicional”, por haber ocupado un lugar en su familia, le llaman Fany. Está dada de alta en esta Policía Acreditable y se considera, según la denuncia, un riesgo para sus mismos compañeros, razón por la que enviaron el mail, donde piden se siga de cerca el trabajo que realiza la mujer policía además de que, de entrada, la responsabilizan de lo que pueda ocurrirle a alguno de sus compañeros.
Nos vemos cuando nos veamos.
Porque los muertos corren rápido