En el kilómetro 23 de la carretera federal a Atlixco, en el entronque de Santa Ana Acozautla, se dijo que fue hallado el cuerpo sin vida de un “encobijado”, del que se desconocen más detalles de su muerte.
Se espera que en las próximas horas la Procuraduría General de Justicia (PGJ) informe qué ocurrió.

Ardelio Vargas, las declaraciones sin fundamentos
Ardelio Vargas Fosado, el secretario de Seguridad Pública del Estado (SSP), regresó a sus pifias en un arranque por seguir ocultando información a los poblanos; aseguró a varios medios de comunicación que Héctor Andrés Villagrán, “El Chileno” (muerto en circunstancias aún no claras), no perteneció al grupo armado “Zetas”, pese a que existen archivos oficiales que detallan no solamente su detención, junto con otros 5 sujetos más, sino también sus actividades.
Vargas Fosado, el hombre al que se salió mal su equipo de inteligencia, porque —como “los chinitos”— fue testigo de detenciones de capos del crimen organizado que ni siquiera sabía que vivían en Puebla; porque Vargas Fosado, al que todo su grupo dedicado a investigar delitos le salió más “malandro” que los delincuentes a quienes investigaba —la mayoría tiene denuncias pendientes por abusos y otros delitos—, es también un mentiroso.
En su afán de quedar bien con su amigo y jefe, quien dice que “en Puebla no pasa nada”, se atrevió, sin consultar, ocultar los orígenes de un interno del Cereso de San Miguel del que aún no se sabe si murió como consecuencia de una “calentada”.
Es claro que el secretario de Seguridad Pública del gobierno de Puebla no tiene ningún contacto con la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y más claro es que quienes lo asesoran desconocen en su totalidad los informes sobre las actividades delictivas, a grado tal que sin siquiera leer un periódico o escuchar una noticia declaró “orgulloso” que el interno fallecido en el Cereso no era “zeta”.
Nadie de su gente que debe asesorarlo le mostró por lo menos una fotografía donde el occiso aparece retratado con otros integrantes de su pandilla, incluso junto con un agente de la Policía Ministerial acusado de pertenecer al mismo grupo armado; aún así, el funcionario mintió para engañar no a los reporteros, sino a los mismos poblanos y, claro, para beneficiar a su jefe y a las estadísticas.
La declaración de que al preso muerto los custodios no le dieron una “calentadita” es difícil que se le pueda creer, sobre todo si se presume que el secretario se ha convertido en una “cortina de humo”, sobre todo porque todos los días es abordado por reporteros para sus declaraciones.
Lo bueno ahora es que no se ocurrió decir que “estaban investigando”, para desplazar el trabajo de la PGJ.
Luego, qué sigue…

El correo de los muertos
La prueba de confianza y El Charrascas

“La prueba de confianza sólo es un quite para correr a los compas que no le entran al negocio, botaron a muchos compas decentes y con relación al gandalla Adrián Juárez “El Charrascas”, que usted ha reportado, no sólo una sino varias veces, él es la pieza de los policías secuestradores y asaltantes, este gandalla es una fichita que solito carga unos 300 años de cárcel, mínimo.
”Está relacionado con muchas averiguaciones de secuestro exprés, robo y lesiones —752/2010— y que se enfriaron en la Séptima Comandancia. Lo ocupan para poner a delincuentes, este gandalla tiene su poder, desde que él se llevó en la noche a la morra que apareció tirada hace poco más de un año en Los Fuertes, la navecita en que se la llevó, la regresó lavada con Fab y desde ahí es intocable para muchísimos, además en su casa de Maravillas guardan todo lo robado por los polis y se lo reparten.
”Es un gandalla, además tiene a dos carnales en el tanque por igual de gandallas y es protegido hasta por judas, este gandalla conoce a todos los polis ratas pero como él y la banda le ponen nenas al jefe para que se sienta galán, no les hace nada y por eso se dedican al delito y a los compas derechos y valedores no los respetan y los corren sólo con el paro de las pruebas de confianza, revise usted sus notas y verá que tiene a este gandalla muchas veces, hasta han querido jaquear su cuenta para saber quién da el pitazo.
”Espero guarde mi identidad.”
Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.