Es difícil entender como es que el gobierno de Rafael Moreno Valle se preocupó por investigar los presuntos desfalcos de la pasada administración y no se preocupó en revisar las actividades de la procuración y administración de justicia que dejaron mucho que desear.
Tan no le importó a esta administración como estuvo el comportamiento de dependencias como la Procuraduría General de Justicia (PGJ) que existe un caso de homicidio calificado, abuso de autoridad, secuestro y otras agravantes que no solamente descansa en el “archivo muerto”, que al menos dos de los autores intelectuales siguen en la nómina del gobierno y no sólo esto: uno de éstos permanece “a la derecha” del mismo gobernador.
Primero le comentó que de este caso —secuestro y muerte del empresario Ricardo Ramírez Rodríguez, de 32 años de edad y secuestro de su hermano Antonio Ramírez Rodríguez— el próximo 31 de enero del 2013 se van a cumplir cinco años y el caso no ha sido investigado a fondo; se entiende que en la pasada administración se encubrieron unos a otros para que el único saldo fuera la detención y la sentencia de tres de los participantes directos, pero lo que no se entiende es por qué a este gobierno, que busca que nadie esté por encima de la ley, no se le haya ocurrido investigar un crimen ocurrido en uno de los edificios donde se procuraba justicia.
Le comento que los tres ahora exservidores públicos sentenciados, dos a 36 años y otro más a 41 de prisión —José Díaz Salidas, Edgar Rolando Contreras Chang y José Carlos López Quiterio—, al momento de cometer el crimen se encontraban bajo las órdenes del que era subdirector operativo de la desaparecida Policía Judicial del Estado (PJE), José Gabriel Gaspariano Mora, quien en todo momento estuvo enterado de las actividades de sus subalternos y pese a esto nunca fue investigado, obviamente por ordenes de la maestra Blanca Laura Villeda, en ese entonces procuradora de Justicia.
Resulta que Gaspariano Mora no sólo no fue sujeto de ninguna investigación, sino que ahora se encuentra dado de alta como escolta en Casa Puebla, además de que es considerado de todas las confianzas del mismo gobernador. Otro de los autores materiales del caso de abuso de autoridad, secuestro y homicidio del empresario Ricardo Ramírez Rodríguez es la misma maestra Villeda quien en su cargo de procuradora defendió hasta la renuncia a los tres elementos implicados no sólo en la muerte del empresario y en el secuestro del hermano de éste, sino en otros delitos similares, ya que entre las “dedicaciones” de esta tercia y otros más que no han sido llamados a cuentas era el de “levantar”, además de incomunicar, a quienes se les ocurría como sospechoso; si éste no les pagaba por su libertad entonces le “sembraban” un arma blanca o los acusaba de cohecho para enviarlos a la cárcel con la ayuda del Ministerio Público.
La maestra Villeda, quien no ha sido investigada por este delito, es actualmente juez de lo Penal y está casi preparada para ocupar nuevos cargos sin que nadie de esta administración se detenga a pensar que es necesario que se le investigue por este crimen y que las mismas indagatorias la exoneren o la culpen, para que la administración de justicia no quede en entredicho.
Existen más implicados en este crimen, muchos que deben ser investigados, se debe “levantar la cloaca” para dar con todos los responsables de un asesinato con premeditación, alevosía y ventaja.
Narcotiendas
Usted recuerda que en una de las pasadas entregas tocamos el tema del “narcomenudeo” en la ciudad de Puebla. Le comenté que éste se había incrementado debido a la opacidad de las corporaciones policíacas, desde las federales, las del estado hasta las municipales.
Le comenté que por alguna razón estaban permitiendo que operaran grupos de “narcomenudistas” y que esto había provocado el incremento de “narcotiendas” y de los distribuidores. Para otro ejemplo, les presento otras direcciones, sólo la mitad de una serie de quejas que vecinos han presentado ante instancias legales quejas por el miedo de tener cerca de grupos de maleantes; todas son denuncias que por su gravedad se van a manejar con toda la seguridad para quienes la envían
El “Bambán”, Miguel Ángel Pereáñez, quien estuvo familiarizado políticamente con una mujer de nombre Fanny quien trabaja en la Policía Estatal. En una de las casas de la unidad habitacional de La Rosa; este sujeto llega a visitar a su suegra, se moviliza en una Sharan blanca, en un Stratus blanco o una Explorer blanca; despacha droga desde el bar Maracas que se ubica en la colonia Tres Cruces, su horario de trabajo es de 20 a 22 horas.
El Yuca; tiene una “narcotienda” detrás de la unidad habitacional Los Héroes, sobre la 2 Sur, justo atrás del Sector Tres de la Policía Municipal Preventiva (PMP); ha sido detenido en varias ocasiones, todas por “narcomenudeo2, además de atropellar en estado de ebriedad a tres menores de edad. Su casa puede ser identificada porque en las esquinas tiene dos cabezas de caballo.
Jorge Pinto circula en un Mustang negro, con placas del Distrito Federal, es convertible; por las tardes llega a un taller de lavado, cerca de una cervecería Modelo por la 14 Sur, donde opera en la venta y distribución de drogas.
Funciona como un Oxxo las 24 horas del día. Se ubica en 7 Norte 1001 de la junta auxiliar La Libertad; la atiende Norberto Sánchez Romero. “Señor periodista, la dirección que le enviamos es donde todas las noches llega gente en vehículos de modelo reciente, donde se reúnen viciosos.
”Ya lo reportamos a Seguridad Pública del Estado y no nos hacen caso, lo mismo pasa en la Municipal; no tenemos miedo, es indignación.
”Si las autoridades no nos ayudan, nosotros vamos a prenderle fuego a esa casa, con quien se encuentre dentro.”
Porque los muertos corren rápido