Y sucede que la Secretaría de Finanzas ya recibió indicaciones de negar cualquier tipo de información sobre la llegada de estímulos o bonos para elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), al menos así se lo dijeron a varios uniformados que fueron a preguntar si ya habían llegado sus anhelados cheques de 600 pesos.
La respuesta fue fría, igual que el trato, "no estamos autorizados para dar esa información", y entonces "la ley de la transparencia" ¿se la pasaron por el arco del triunfo?; bueno, eso no es extraño, sobre todo en este gobierno.
Entonces, resulta que los policías no pueden enterarse de cuándo deben de exigir un derecho, tienen que aguantar hasta tres meses para que les den un solo bono, y lo mismo pasa con los estímulos.
¿Dónde está el dinero de los bonos y los estímulos?
¿Para qué se está usando?
Uno de los principales rumores que corren de lo que pasa con este efectivo es que estaría cubriendo un desfalco, lo que no se podría aclarar si no existe una auditoría, externa por supuesto, sino sería como la teoría de la onda expansiva que hace huecos y no fracturas.
Por cierto, cierto funcionario de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) fue interrogado por su mujer, quien le dijo que le estaba "poniendo el cuerno"; el funcionario dejó pasar unos días y luego le invitó un café a su esposa, le dijo en una charla "muy respetuosa" que "se había encargado de encabezar una investigación en su contra, que había interrogado a dueños de bares donde asiste, hablado con sus compadres y amigos, preguntado en moteles y no, no le era infiel.
Su mujer debió creerle por lo serio que se condujo, sobre todo porque en esa investigación lo auxiliaron personas "externas" a su ámbito, como meseros, sus cuates y una que otra “teibolera”.
El segundo rumor de la falta de esos bonos es que estarían destinados para encabezar una campaña.
Las amenazas
Hay un motivo de mucho peso que lleva a los policías del estado a reclamar su bono y sus estímulos por medio de un paro político, y no son los proyectiles con punta de goma.
Es que en este mes y el que viene al menos 450 empleados de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), entre los que se encuentran bomberos, policías, custodios, serían dados de baja por haber reprobado el famoso "examen de confianza".
Resulta que cuando a alguno de estos elementos les informan su cese por esta falta no les muestran el informe donde dice que reprobaron, simplemente les dicen "te vas".
Y ha resultado que esos mismos policías cuando han buscado acomodo en alguna otra corporación del país resulta que nunca reprobaron tal examen y les permiten el ingreso, y eso que la dichosa baja por reprobar el examen queda registrado en Plataforma México, a nivel nacional.
Por este pequeño "detalle" los uniformados no se atreven a hacer un paro de labores, saben que al momento que sean detectados van a aparecer en la lista de los "reprobados".
Prefieren callar.
Es así como en Puebla los mismos encargados de la seguridad son rehenes de sus propios jefes, los utilizan como golpeadores, meseros, guaruras, espías y lo que usted se imagine.
Les pagan lo que quieren y los mantienen amenazados.
La represión es moda en Puebla
Nos vemos cuando nos veamos.