América Saavedra Flores está presa, sujeta a proceso, acusada de haber participado en la muerte de Iván Estrada Rojas, de 34 años de edad, quien fue herido más de 100 veces en la espalda con objetos punzo cortantes, por una presunta deuda por la venta de cocaína.
Saavedra Flores fue detenida junto con Germán Sandoval Juárez, quien sería el directo ejecutor de Estrada Rojas, ya que América es su presunta "jefa" en la distribución de alcaloides.
En el paraje Tlapa, de San Juan Tianguismanalco, del distrito de Atlixco, ocurrió el ajuste de cuentas de una de tantas organizaciones de narcomenudista que operan con la complicidad de autoridades, tanto del estado como del municipio.
Iván Estrada fue citado en ese lugar para discutir por el retraso de los pagos de la droga que estaría distribuyendo, la discusión término con un crimen violento, como todos los crímenes que se dan en medio del crimen organizado y la impunidad.
Así las cosas, América terminó siendo una de las principales sospechosas de una de las redes del narcotráfico donde el "nuevo" cambio sería que ahora es una mujer la que está o estaba al frente y que, sin ningún remordimiento, encabezó una ejecución que terminó con la detención de la mujer y su cómplice, porque la novia de su víctima se les escapó y regresó con la policía.
Las narco-ejecutadas
También hay mujeres que se metieron o se vieron involucradas en el narcomenudeo que se desparrama sobre los poblanos, ante la apatía de encargados de seguridad que se cuidan "el rostro" y se hacen pensantes, mientras el territorio a su mando nada en boñiga.
Los primeros días de la semana pasada aparecieron en Puebla los cuerpos sin vida de dos mujeres, que en ese momento nada tenían que ver entre sí más que fueron víctimas de violentos crímenes que fueron manejados como "casos por separado", cuando una delgada línea de complicidad las unía: el narcomenudeo.
Durante los primeros días de la semana pasada, primero en Cuautlancingo, fueron localizados los cuerpos sin vida de dos mujeres que fueron asesinadas en forma distinta.
A la primera, la hallada en la colonia Nueva Alemania, fue hallado el cuerpo sin vida de Bertha Vázquez Robles, tenía el cráneo destrozado.
De manera inicial se dijo que esta mujer habría sido atropellada por un vehículo desconocido y que el delito parecía ser más imprudencia —culposo— que doloso.
Esta primera afirmación se antoja a complicidad de los investigadores con los ejecutores o mera negligencia o flojera para olvidarse de las investigaciones al "archivo" pues.
Posteriormente, en el kilómetro 121 más 700 de la autopista Puebla-Mexico, en el tramo del distrito de San Pedro Cholula, como el de Cuautlancingo, apareció el cuerpo sin vida de una segunda mujer, ésta con el rostro desollado, con heridas de arma blanca por la espalda.
En este crimen no hubo más argumentos policíacos para presumir que también "fue atropellada".
Y resulta que ambas occisas se conocían, eran amigas y estaban más unidas por el novio de la primera de ellas, sospechoso en el delito de narcomenudeo y que las dos pudieron haber sido sus empleadas.
A las dos mujeres antes de ser ejecutadas las maltrataron, parece que también tenían deudas con el pago de los alcaloides.
A la primera le pasaron una y dos veces un vehículo a la segunda la lesionaron en la espalda, luego la desollaron.
Pero no sólo el hecho de que hayan sido amigas, que el novio de la primera de ellas es presunto narcomenudista, sino que las dos presentaban en la espalda una herida tipo "zeta", como firma o advertencia.
Por cierto, el novio ya huyó.
Nos vemos cuando nos veamos.