Fue un martes. Fue el 15 de febrero de de 2011. Fue invitado especial a la toma de protesta del alcalde panista Eduardo Rivera Pérez.
Después de 22 años de destierro de Puebla, que inició en la administración del gobernador Mariano Piña Olaya, cuando fue aprehendido y enviado a penales de máxima seguridad; tras obtener su libertad en 2002, siendo secretario de Gobernación Carlos Alberto Julián y Nácer, se le prohibió volver a Puebla. Rubén Sarabia Sánchez, mejor conocido como “Simitrio”, reapareció en público como invitado a la toma de posesión del presidente municipal Eduardo Rivera Pérez.
Después de las 12:00 horas, cuando el director de Gobernación municipal recibió la llamada de que Simitrio llegó acompañado por Jorge Cruz Lepe. El nuevo funcionario salió a recibir al líder de la organización 28 de Octubre, quien iba acompañado de su esposa, Rita Amador.
Con una imagen diferente a la de hace casi 22 años, cuando se dejó crecer el bigote y algo de barba, el Simitrio de ayer contrastaba con el recuerdo, ya que aún con el pelo negro no podía ocultar sus casi 60 años de edad.
Pero el contraste fue mayor cuando las autoridades municipales lo recibieron con el mismo respeto que le tenía el presidente municipal Jorge Murad Macluf, en 1986.
Después de dos décadas volvió a hablar.
—Volví porque fui invitado a la toma de posesión del presidente municipal.
—¿Siente que habrá un cambio?
—Puebla tiene que cambiar, no puede estancarse; tiene que moverse, desarrollarse en todos los aspectos.
—¿Terminó su destierro?
—Eso lo tienen que determinar las autoridades competentes, porque jurídicamente no hay razón para que no esté en Puebla.
—¿Espera el diálogo con las nuevas autoridades?
—Nosotros como organización siempre hemos estado abiertos al diálogo.
—¿Por qué hasta ahora?
—Se buscó un acuerdo con Mario Marín para indicarle que no era correcto, y que se reconociera que era una violación la las garantías individuales; con el nuevo gobierno no se han tenido acuerdos, ellos tendrán que mostrar la voluntad.
—Su sentimiento después de 22 años de destierro…
—Me siento bien; entiendo que mi vida ha sido siempre una cuestión de lucha, y como cualquier lucha aunque se gane se lleva uno una mentada de madre y con mayor razón si se pierde.
“Volví porque fui invitado”, señaló el exdirigente de la 28 de Octubre
Reaparece Simitrio, tras 22 años de exilio
—¿Seguirá en la lucha?
—He estado en la lucha, incluso desde la prisión hacíamos pronunciamientos por la libertad de los presos políticos, denuncias por el sistema de prisiones en el país, propuestas para cambiar el régimen penitenciario, críticas al mismo…
—¿Volverá a ser el dirigente de la 28 de Octubre?
—No, la organización tiene sus liderazgos, sería una falta de respeto hacia ellos, además de que no ayudaría.
—Es un símbolo de la lucha…
—No, yo soy como cualquiera, con la diferencia que en la dinámica de la situación de la cárcel significó en lo particular, pero eso le pasa a cualquier dirigente.
—¿Cómo ve la situación en Puebla?
—Si no quieren problemas, deben reconocer que debe existir voluntad política para resolver los problemas.
—¿Qué es lo primero que hizo al llegar a Puebla?
—Reunirme con mi familia, además viene el cumpleaños de mi esposa, el 19 de febrero, y ahí estaremos.
Durante el trienio de Eduardo Rivera, Simitrio se mantuvo en el ánimo del poder; sin embargo, poco a poco se convirtió un personaje incómodo para el panismo. No se le permitió tener mayor poder y fue reaprendido, hoy se mantiene en la cárcel y un visitador de la ONU asistirá al penal de San Miguel para conocer su situación.