Una vez que los intereses nacionales —tanto políticos como económicos—, trabaron la alianza PAN-PRD en Puebla,  los operadores morenovallistas buscan sacarse la espina, después de su pésimo trabajo que impidió amarrar la coalición desde aquí, en tiempo y forma.
Su soberbia y su falta de conocimiento de las tribus perredistas provocaron que la supuesta oposición a la alianza fuera creciendo hasta rebasarlos.
Las tribus opositoras no buscan otra cosa más que beneficios económicos y políticos, de los principios de la verdadera izquierda poblana ni se acuerdan.
Las tribus poblanas fueron víctimas de los intereses nacionales, tanto del PAN como del PRD. Y hora después del escándalo mediático no les que otra más que alinearse y tratar de salvar algo de lo negociado o perder todo.
El bloque de tribus que están con el morenovallismo tienen el control del Consejo Estatal del PRD poblano, mientras que los opositores, incluyendo a la presidenta estatal, Socorro Quezada no tiene la mayoría como para impedir una votación a favor de la alianza.
Ayer el manotazo morenovallista en el PRD se puso en marcha.
Las tribus al final de tanto pataleo terminarán doblando las manos. Pero como lo hemos adelantado en este espacio, el PRD como verdadera opción de la izquierda poblana se acabó.
El PRD se convirtió en un partido de chantajes, presiones y negociones de intereses particulares, muy alejados de los principios y valores que le dieron origen y que por muchos años fueron la base de una lucha por democratizar el estado.
Hoy nublados por sus intereses personales las tribus solo buscar sacar el mejor provecho de la supuesta oposición a la alianza, que no es tal más, que presionar para vender su voto al más alto precio.
El grupo en el poder tendrá que ceder a las peticiones económicas y políticas de las distintas tribus para sacar adelante la alianza, que de entraba sale muy dañada, tanto en imagen como en credibilidad.
Los beneficiarios de este situación son sin duda Morena, que como dicen sus dirigentes no buscan duplicar el voto en las próximas votaciones, sino ganar. Y los escenarios se están acomodando para que así sea.
El otro beneficiado es el PRI que con una alianza desgastada y la división de los votantes por parte de Morena, tiene posibilidades de ganar con su voto dura, si es que voltean a ver a las bases y trabajan con ellas.
Los escenarios están por definirse, pero de entrada los grandes perdedores esta guerra encarnizada son tanto el PAN como el PRD.
Veremos de qué son capaces después de concretar la mentada alianza.