En los partidos de futbol se le puede ver afuera del chiquihuite-estadio de futbol del Puebla, o en otro tipo de espectáculos, ‎revendiendo boletos.
O se le puede ver formado en los operativos especiales de la Policía del Estado, incluso en los retenes policiacos.
Se trata de un oficial de apellido Otañez, uno de los consentidos del director de la Policía Estatal Preventiva (PEP), ‎Anhuar Fernández Redondo, incluso se dice que este policía es quien le lleva "las maletas" al jefe por la protección a algunas bandas delictivas que operan en Puebla.
Y es que Otañez es otro integrante más de la pandilla conocida como "La Mafia", que opera en el barrio de Analco.
Es quien se encarga de informarles de los operativos, de las investigaciones que hay en su contra, y claro, le pagan, además de dinero, con boletos para que los venda tranquilamente, sin que sus compañeros policías lo molesten.
Otañez es el hombre de la corrupción encargado de acercar a las bandas con el jefe de la policía Anhuar, compadre de toda la vida de Jesús Rodríguez Almeida, el secretario de Seguridad Pública del Estado (SSPE).
Una de las bandas que protege este policía es la que opera en Analco, "La Mafia".
A la que por cierto le acaban de hacer una investigación, a cada uno de sus integrantes, que no llegó a nada, solo a incrementar el peso de los bolsillos o a abultar la cartera del director de la Policía Estatal. 
Con un historial como para contarse.

Los otros corruptos 
Pero Otañez no es el único policía que vende protección a maleantes, existen otros más con la única orden de llevar las ganancias a su jefecito y por lo mismo se hacen como los "que no ven" y permiten que se cometan otros delitos, graves por supuesto.
Y uno de estos es la piratería en discos compactos, un negocio muy lucrativo en todos los mercados de la ciudad de Puebla, lucrativo porque todos los implicados están entrados no solo con la policía del Estado, la del Municipio y la Federal.
Los policías del estado reciben la cuota de la semana y permiten que este delito federal se perpetre, argumentan que no les compete, pero igual cobran protección para la venta de drogas, para la trata de personas y otras más.
Uno de estos claros ejemplos es la fábrica de discos compactos pirata que se encuentra en el mercado de “La Cuchilla”.
Resalta porque el delito de venta de discos compactos pirata mutó con la venta de drogas.
Ahora usted puede comprar el disco falsificado de Alejandro Fernández, pagar 10 pesos por este y 200 más por una grapa de cocaína o 50 por una de heroína que vienen en medio.
Pero claro, nadie se da cuenta.
Ni la Policía del Estado que presume de sus grupos de inteligencia, que solo buscan a dónde van a encontrar más "entradas económicas" o "rentas".
Y ni qué se diga de los grupos policiacos que permiten el robo de hidrocarburos.
Y es que es muy difícil creer que los policías detienen dos o tres camionetas con combustible robado, cuando al día son robados miles y miles de hidrocarburos.
Este robo ya se hizo tan interesante a nivel nacional que grupos criminales se disputan a sangre y fuego la "Plaza de Puebla" y la sangre corre por todas las poblaciones que se ubican en el cruce de los ductos de Pemex, desde Minatitlán hasta Santa Rita Tlahuapan.
¿De a cómo serán las maletas que llegan a los escritorios de jefes policiacos?
Y es que "no pasa nada".
Y a todo esto, la famosa Gendarmería Nacional brilla por su ausencia.
Los vehículos totalmente equipados, con personal de la misma categoría, ya les dio por "tirar el rostro".
La delincuencia sigue haciendo de las suyas en Puebla, el robo de vehículos, los asaltos a casa habitación, a comercio, a transeúnte, no han disminuido, al contrario.
Pese a la "mordaza" que ha impuesto el gobierno del estado al cerrar todo tipo de información de las incidencias delictivas, no falta persona que le comenta a usted, ya sea familiar, vecino, compadre o arrejunte, que han sido víctimas de un delito.
Y ahora los de la Gendarmería no detienen ni a un solo "cristalero"
Ya ni la hacen.

Nos vemos cuando nos veamos