Primero dos adolescentes fueron levantados cuando se encontraban cerca de su domicilio en Palmar de Bravo y fueron ejecutados con disparos de armas de fuego, para luego ser abandonados en la zona de Cañada Morelos.

Después, un comando armado llegó a dicho municipio disparando contra las instalaciones de la Presidencia Municipal, además de que balearon la casa de un hombre a quien le arrebataron la vida.

Los dos hechos ocurrieron en la zona conocida como “El Triángulo Dorado”, donde prevalece una guerra entre organizaciones dedicadas al robo en ductos de Pemex.

En forma lamentable, el gobierno de Puebla está dejando crecer este conflicto y los homicidios con lujo de violencia siguen ocurriendo.

La incursión de hombres armados en Cañada Morelos no habría sido si en la zona ‎existiera vigilancia policiaca, pero esta solo se hace presente para los cobros de protección o para custodiar y escoltar a delincuentes de esta calaña.

Antes de que se diera la agresión en Cañada Morelos, el gobierno de Puebla ya sabía de estas amenazas y no hicieron nada al respecto.

Los dejaron solos.

Como consecuencia, los encapuchados actuaron como quisieron, causaron daños y mataron a un hombre.

De manera inhumana, este gobierno, a través de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), y de la Fiscalía General del Estado (FGE), se han desentendido de los habitantes de los cinco municipios, donde se ha desatado la violencia.

La FGE se dedica a levantar los cadáveres que dejan los enfrentamientos, ajustes de cuentas y levantones de gente relacionada con el robo en ductos, aunque tampoco se descarta, como lo ocurrido en un campo de beisbol de Acatzingo, que paguen víctimas inocentes.

¿Hasta cuándo?

Comandante de robos y asaltos, abusivo

Un reporte llegado a esta columna detalla que el comandante de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), y su auxiliar, que ni siquiera es agente, Efraín Nolasco Canto, se fueron de vacaciones y se llevaron las patrullas, propiedad del gobierno del estado, a cargo de la Fiscalía General del Estado (FGE), para irse a pasear con sus respectivas familias.

Se supone que los superiores de este comandante no se dieron cuenta del abuso porque estaban metidos en otras actividades que la de mantener en control el parque vehicular.

Se dijo que cuando se dieron cuenta de que ya se les había pasado el tiempo de descanso, se acordaron de las patrullas y que las entregaron el miércoles pasado, unos días antes de que se incorporaran a sus labores.

Pero mientras hicieron uso de las patrullas, de la gasolina y todo para beneficio propio y conste que de estos dos personajes uno no estaría dado de alta como agente, pero igual tuvo a su disfrute una patrulla Avenger, que quien sabe dónde fueron a recorrer.

Ver para creer.‎

Nos vemos cuando nos veamos.