Usted no está para saberlo ni un servidor para contárselo, pero la Secretaría de Educación Pública dio "carpetazo" al asunto del menor de 13 años de edad que sufrió maltrato o bullying en la Academia Militarizada Ignacio Zaragoza, donde cursaba la secundaria.
La SEP había recibido la queja de los padres de Aldo, de 13 años de edad, quien por ser corpulento y más alto que sus compañeros, recibía malos tratos por parte de sus maestros, principalmente de un seudomaestro y seudomilitar de nombre Jacobo, quien no paró de molestar al menor hasta que le causó una lesión en una mano y hasta que sus padres lo sacaron de la escuela.
Pero la SEP ni se inmutó, como si el compromiso económico entre el plantel educativo y la institución del gobierno de Puebla fueran más importantes que el mal trato a un menor.
Los padres de Aldo esperaban que la dependencia estatal los respaldara protegiendo a su hijo, pero no fue así, a nadie le importó.
Y en este inicio de clases no se conoció una sola sanción a la Academia Militarizada Ignacio Zaragoza, ni al maestro que propinó la agresión.
Un quesque sargento despedido, que se la dio de muy hombre contra un menor de 13 años.
Solo para quedar bien con el grueso de sus alumnos, este Jacobo se comportó como actor de cine en una malhecha película militar, retó a Aldo, como si fuera de su peso, tamaño y condición y luego frente a todos los alumnos, le tomó la mano izquierda y le torció los dedos hacia atrás.
Se las dio de malo.
Una agresión que no se olvida
El asunto ocurrió a las 10 horas del 26 de abril de 2016 en el interior de la academia que se dice militarizada.
Aldo, un niño corpulento de 1.70 metros de estatura, pero al final menor, se encontraba con sus compañeros de grupo cuando pasó por el lugar el maestro Jacobo, que quien sin ser militar, como si sus gases no olieran, pasó viendo de reojo a los estudiantes, como muy "perdonavidas".
Aldo hizo un comentario a uno de sus compañeros.
Dijo, refiriéndose a ese maestro, "es artillero", que no es apodo, insulto ni nada que se le parezca, es lo que ese maestro decía que hacía cuando estuvo en la milicia, "artillero".
El maestro que lastimó a su alumno
El maestro, exsargento Jacobo, se sintió humillado y se regresó a torcerle la mano al estudiante solo para humillarlo ante sus compañeros y causarle una lesión, que no es otra cosa que bullying.
Más tarde todos los alumnos fueron concentrados para las prácticas de la marcha, porque estaba cerca el 5 de Mayo.
Aldo, pese a la lesión en la mano izquierda, fue obligado a marchar y a sostener un arma larga, la que en pleno andar se le resbaló, causando que uno de sus compañeros tuviera problemas para sostener su arma y se la dejará caer en la cabeza, descalabrándolo.
Fue necesario que el menor recibiera atención médica.
Y sus padres se enteraron.
Y el agresor fue demandado.
La FGE también archivó el caso de Aldo
Si le comento que la SEP no hizo caso a la queja por maltrato o bullying, la Fiscalía General del Estado (FGE) hizo lo propio y mandó el asunto al archivo muerto.
La Averiguación Previa 1483/2016/AESEX, iniciada por la denuncia de lesiones en agravio del menor, es una de las miles que se quedaron sin resolver, tras la llegada del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
La Fiscalía no pudo con el paquete, desechó todos los expedientes del 19 de junio pasado hacia atrás e inició un nuevo recuento.
“Le valió madre” el derecho de esos afectados para recibir protección y justicia.
Hay quienes dicen que Víctor Antonio Carrancá Bourget, el fiscal general, de cuates, mandó al archivo el expediente de Aldo.
Para quedar bien con los militarizados.
Con el director y gerente general, Daniel Guzmán López, quien también le dio la espalda al menor y apoyó a su empleado.
Pero la historia del menor que sufrió bullying dejó entrever otros conflictos en esa academia, que serán comentados en la siguiente entrega.
Nos vemos cuando nos veamos.