Estudiantes de preparatoria de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) en 2015 presentaron una serie de grabaciones de cómo se estaría abordando el problema del robo de hidrocarburos en la zona oriente del estado, “El Triángulo Rojo”.
Simularon entrevistas a pobladores de la junta auxiliar de Palmarito Tochapan, del municipio de Quecholac.
El primer entrevistado -personaje doblado- fue un huachicolero, como se les conoce a los que perforan de manera indebida ductos de Pemex, para extraer diesel, gas butano y gasolina.
Dijo que hacía tiempo un habitante de Palmarito había encontrado la forma para hacer un hoyo en un ducto de Pemex para extraer gasolina para su consumo personal y después la empezó a vender a sus amigos, y como le dio resultado entonces vendía la gasolina a particulares y su economía creció, ahora se dedica, en grande, al robo de hidrocarburos.
Los estudiantes presentaron a otros entrevistados, que -doblando el personaje-, se dedican al robo de hidrocarburos, quienes comenzaron a entrevistarse con los habitantes de Quecholac para darles un lavado de cerebro y creyeran que el robo de hidrocarburos era, además de un negocio con muchas ganancias, un beneficio para su pueblo.
Primero la delincuencia se iba a erradicar, a todos los delincuentes les iban a dar dos opciones, o eran ejecutados o les daban trabajo de huachicoleros y con el salario que tuvieran ni ganas les iban a dar de dedicarse al robo.
Al erradicarse los delitos se eliminaba también la violencia, luego entonces Palmarito sería una población "en paz".
Pero el robo de hidrocarburos, les dijeron, les iba a incrementar su economía, ya que si toda la población se dedicaba a este negocio entonces ya no habría pobreza, se crearían más comercios y habría dinero para medicinas, ropa, comida, educación...
Y lo más importante, les dijeron que el robo de hidrocarburos era una "ayuda a la nación".
Si el litro de gasolina estaba, en el momento de la edición del video, a 11 pesos, ellos la iban a dar a 8 el litro, ayudando en la economía.
Y entonces Palmarito, como muchos otros pueblos y municipios, se metieron al negocio del huachicol, extrayendo el hidrocarburo, almacenándolo y vendiéndolo, no importa que significara un delito.
Los inconvenientes
Los que hicieron creer a la población que sus problemas de salud, dinero, seguridad, educación y otros se iban a terminar, nunca les dijeron las verdaderas consecuencias.
Primero el riesgo de perforar un ducto con herramienta rústica, con el peligro de una fuga y luego una explosión, como ha ocurrido en la zona de “El Triángulo Rojo”.
Como ocurrió en San Martín Texmelucan, con saldo de muertos, desaparecidos, heridos y casas destruidas.
Segundo, la competencia, lo cual ha originado la llegada de organizaciones criminales que han convertido las calles de este mismo “Triángulo Rojo” en ríos de sangre por los enfrentamientos, las ejecuciones, las venganzas.
Tercero, el incremento de la delincuencia, sobre todo en el robo de vehículos, principalmente camionetas, que son utilizadas para el traslado de los hidrocarburos robados.
Cuarto, la seguridad de los habitantes a quienes les prometieron que vivirían con toda tranquilidad, y actualmente si no son detenidos son ejecutados por bandas rivales, alcanzando esa violencia a inocentes como niños y mujeres.
El video Huachicol se difunde en redes sociales a través de YouTube.
Nos vemos cuando nos veamos.