Una denuncia presentada por escrito ante el contralor del estado, Alejandro Torres Palmer, por personal de la Secretaría de Seguridad Pública, puso al descubierto las operaciones —no tan clandestinas— de una narcotienda que funciona en la 88 Poniente de la colonia Villa Frontera, que es propiedad, de acuerdo con la queja, del tío de José Tlachi Meneses, coordinador general de la Seguridad de la Subsecretaría de Coordinación y Operación Policial.
La tienda es protegida por Tlachi Meneses, quien ha dado la orden a personal de la policía de que no molesten a los vendedores y los dejen operar sin ningún tipo de competencia en la zona.
El mismo documento, del que esta columna tiene una copia, indica que la narcotienda es protegida por la propietaria de un negocio de venta de comida llamado “Tres Marías”, propiedad de una mujer a la que todos le dicen “Doña Mari”, quien sería la madre de José Tlachi.
Este negocio de comida que se ubica en la entrada de una calle cerrada de la 88 Poniente, funciona las 24 horas del día y no es porque tenga muchas ventas, sino que opera como una especie de “halcón” que vigila que no vaya a ingresar alguna corporación de policía a donde se encuentra la narcotienda, que lógicamente funciona las 24 horas.
El documento precisa que José Tlachi, Eduardo Jiménez Alcaide, José Alejandro León Sordo y otros servidores públicos policiacos conforman un grupo “especial2”, desde donde piden cuotas semanales tanto a personal antiguo de la Secretaría de Seguridad Pública, como a peritos de vialidad y a otros, haciéndoles creer que ellos van a ser el “nuevo grupo de jefes”, después del 1 de febrero, cuando termine esta administración de gobierno.
De la carta…
“Se puso al descubierto un domicilio ubicado en 88 poniente col. Villafrontera donde se vende droga, efectivamente una “narcotiendita”. Lo más interesante no es eso, sino quién atiende el changarro, es el hermano de “Doña Mary”, quien se dedica a vender comida en un local denominado las “Tres Marías”, ubicado en la entrada de la calle cerrada donde se ubica la tiendita, dicha señora mantiene abierto el negocio las 24 horas del día no por tener clientela toda la noche, sino porque estratégicamente le permite darse cuenta cuando entran policías al lugar”.
“Esto no tendría nada de extraordinario si no fuera por lo relevante del caso, toda vez que se trata de la progenitora de José Tlachi Méneses; Coordinador General de Seguridad de la Subsecretaria de Coordinación y Operación Policial, retirando así a todo elemento de la Policía Estatal que se atreva a entrar a sus terruños”.
“José Tlachi Méneses, Eduardo Jiménez Alcaide, José Alejandro León Sordo y otros, encabezan un grupo, quienes reciben las cuotas semanales por las personalidades que lo integran personal antiguo de la SSP, así como elementos de peritos y vialidad, entre otros”.
“El colmo del caso se vanaglorian diciendo que llega a la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, uno de igual calaña o peor llamado Daniel Vázquez Sentíes, quien ya les había asegurado el hueso a su séquito de delincuentes con charola”.
Hasta aquí parte de la carta.
Le comento que Daniel Vázquez Sentíes, ya formó parte de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en el equipo del “maletero”, Facundo Rosas Rosas, y fue dado de baja por reprobar el examen de confianza.
También le comento que Daniel Vázquez, cuando fue director de Tránsito Municipal, fue acusado por su personal de pedirles cuotas semanarias para dejarlos trabajar a bordo de patrullas, además de otras prebendas.
Nos vemos cuando nos veamos.