En la entrega anterior le comenté que uno de los funcionarios de la pasada administración morenovallista, jefe de la Unidad de Medidas Cautelares de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), había sido despedido vergonzosamente por su jefe inmediato, Jesús Rodríguez Almeida, hoy exsecretario de Seguridad.
Le comenté que entre muchas de las razones por las cuales este servidor público fue despedido, se encontraba el hecho de haber perdido en una de sus tantas borracheras un arma de fuego que tenía a su cargo.
También le comenté que las quejas en su contra por parte del mismo personal de la Unidad de Medidas Cautelares fueron la causa de que fuera invitado a renunciar.
Además de que a una de sus colaboradoras la ofendió solo porque le pidió permiso para atender a su hijo que es discapacitado.
Le reproduzco lo de la queja publicada el 3 de enero.
La era de la prepotencia en la Unidad de Medidas Cautelares
“Jorge Luis García Arellano está a cargo de la unidad que lleva a cargo la evaluación de riesgos de personas imputadas por la comisión de un delito.
Este personaje, que anteriormente ocupó cargos federales, en lugar de que sea conocido por sus logros, solo se le conoce porque gusta de pasearse por los pasillos de la Casa de Justicia Puebla, cuando se encuentra en completo estado de ebriedad y vaya usted a saber qué más se mete.
Este hombre en ese mismo estado de ebriedad y lo que le sigue utiliza los vehículos oficiales que le ponen a cargo para estarse paseando con amigos y ‘amigas’ pasándose los altos, subiéndose a las banquetas, dando arrancones, vociferando que por su ‘alto’ cargo se puede a pasar cualquier autoridad por el ‘arco del triunfo’, o sea ‘por sus tompiates’.
Este hombre no solo utiliza su cargo para pasarse de listo, además trata con bajezas y groserías a su personal, porque piensa que está ‘bien apadrinado’ en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
En otras palabras, ‘que le entra’.
Para tal caso, a cada uno de sus empleados les pide 150 pesos mensuales para que no sean transferidos a una Casa de Justicia lejos de sus domicilios.
Por esto mismo, el personal de la Unidad de Medidas Cautelares prefiere callar los abusos y arbitrariedades de este personaje.
Con solo decirle que tuvieron que quitarle el arma de cargo que le habían dado por sus constantes escándalos en la vía pública.
Y le comento otra, una de sus empleadas que tiene un hijo con problemas mentales una vez le pidió permiso para salir más temprano de su trabajo.
¿Sabe usted qué le contestó?
Primero no le dio permiso, luego le dijo que no era su problema que haya tenido un hijo idiota".
Hasta aquí la primera entrega.
Ahora resulta que la despedida de este hombre tuvo como fondo una estafa.
Jorge Luis García Arellano, jefe de la Unidad de Medidas Cautelares de la SSP, ordenó a por lo menos 300 elementos que integran los grupos de policías, que cada uno le entrara con 200 pesos para darle un regalo de fin de año al exsecretario Rodríguez Almeida.
Y todo lo que juntó se lo "clavó" y el secretario se enteró y lo echó a la calle.
Sobre todo porque este servidor público no era de su equipo, se lo habían recomendado.
Pero también nuestro personaje pidió dinero a su personal de la Unidad de Medidas Cautelares, para comprar uniformes.
Y se lo quedó.
Además, al momento de entregar las instalaciones se hizo la observación que faltaba equipo, mobiliario y armas.
Sin olvidar que entre sus parrandas desvieló dos vehículos oficiales y no los reparó.
Va a ser muy difícil que en esta administración se la perdonen.
Podría terminar en la cárcel.
Nos vemos cuando nos veamos.