El estado ha movilizado a sus mejores hombres y vehículos para, de manera conjunta con las fuerzas federales, dar una lucha sin tregua ni cuartel contra las mafias del huachicoleo, mucho mejor que la pasada administración de gobierno, sin embargo, otra “piedra en el zapato” para los poblanos es el negocio de la venta de drogas.
Y le comento que nada más en la ciudad de Puebla, en los últimos días, se han registrado violentos asesinatos y enfrentamientos para el control de los puntos donde se está vendiendo todo tipo de enervantes.
Usted debe recordar que el fin de semana pasado una pareja fue baleada por desconocidos cuando circulaban en su vehículo por la zona de Xonacatepec.
También un hombre fue asesinado con armas blancas afuera de un salón de baile que se ubica en El Campanario.
El occiso, de acuerdo con las investigaciones que realiza la Fiscalía General del Estado (FGE), se estaría dedicando al narcomenudeo.
Era empleado de seguridad privada y propietario de un vehículo Jetta del año.
Solo trabajaba dos días a la semana y estos eran para dedicarse a la ilícita actividad.
Las zonas donde la venta de drogas se ha incrementado es el oriente de la ciudad, en colonias como La Ciénega, Xonaca, Historiadores, así como las cercanas al mercado Morelos, el mismo barrio de El Alto, son lugares donde operan bandas de narcomenudistas y donde el control por las ventas de drogas ya lleva como mínimo dos muertos, heridos y muy pocas detenciones.
Es definitivo, a la Policía Municipal de Puebla no le ha ido nada bien en eso de la prevención del delito.
En los rubros de los robos con violencia existe un incremento notable, sobre todo los de autopartes, así como los de casa habitación y a comercio.
Y qué decir de los negocios de venta de estupefacientes.
El primer cuadro de la ciudad es en la actualidad uno de los principales mercados de venta de psicotrópicos, principalmente, el barrio de San Antonio, el mercado 5 de Mayo, El Refugio, además del mismo Zócalo, El Parián, Barrio del Artista La Luz, Analco, Xanenetla, Los Remedios y otros más.
Y el incremento a la violencia no se ha dejado esperar, sobre todo cuando cae la noche y la vigilancia se relaja en estos puntos.
Si usted se da cuenta, el primer cuadro de la ciudad deja de tener vigilancia después de las 20 horas, como si lo que realmente importará fuera los comercios.
Y entonces los que viven en estas colonias y barrios quedan a merced de la delincuencia.
Con una policía que a las 8 de la noche baja sus cortinas.
Y sálvese quien pueda.
Y el secre de Seguridad, en busca de maletas quién sabe para qué.
Nos vemos cuando nos veamos.