Tiene ya un buen tiempo que la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de la Especializada en Delitos de Trata, se olvidó de los operativos en los centros nocturnos de la ciudad de Puebla, como si el delito de trata ya se hubiera erradicado.
Como si en las calles del Centro Histórico no hubiera mujeres ofreciendo sexoservicios, contando con la vigilancia directa de su proxeneta o de quien la está obligando a venderse.
A consecuencia de la falta de una vigilancia por parte de la FGE, muchos de los centros nocturnos han acumulado su número de sexoservidoras, y en algunos casos hasta de menores de edad y de extranjeras.
Los principales negocios que incurren en este tipo de prácticas, contando con la “bendición” de esta Fiscalía, operan al sur de la ciudad.
Se trata de negocios que fueron colocados en puntos alejados de la mancha urbana, donde mujeres son obligadas a ejercer la prostitución; no sólo se ubican en bares, sino también en casas de citas y de masajes, que operan bajo toda la clandestinidad.
Si existe un responsable que este tipo de mafias persista en Puebla, es por la desinteresada o amañada actitud de la FGE.
De hecho, en más de una ocasión han sido exhibidos agentes, jefes de grupo y comandantes como quienes se encargan de proteger a grupos de mafiosos que se dedican a la prostitución.
De estos mismos señalamientos no se salvan los agentes de la Delegación Puebla de la Procuraduría General de la República (PGR), que apenas llegaron de relevo a Puebla y de inmediato cobraron las rentas de los tratantes de personas, de los tratantes de indocumentadas y hasta de menores de edad.
Si ya se anunciaron operativos contra negocios que no respeten los horarios, contra negocios que permitan que clientes fumen, es también necesario que se investigue en qué condiciones laborales se encuentran las mujeres que ejercen el oficio más antiguo del mundo.
No tardan los operativos para controlar los horarios de bebidas embriagantes, ojalá y le entren también a la trata de personas.
Además se debe investigar si las mujeres extranjeras que llegan a Puebla para los sexoservicios, no pertenecen a las organizaciones internacionales de prostitución.
Nos vemos cuando nos veamos.