El sábado 29 de julio un comando armado, entre hombres y mujeres, ingresaron a la Clínica Medici, conocida como Centro de Medicina Ambulatoria, ‎que se ubica en 16 Poniente 1907, entre la 19 y 21 Norte.

Los delincuentes armados, que llegaron en dos vehículos, se distribuyeron por todo el edificio para tomar posesión de consultorios, áreas de intervención quirúrgicas,‎ habitaciones de internación.

Pasaban de las 20 horas cuando ocurrió el asalto.

Enfermos, familiares de éstos, enfermeras, médicos que se encontraban de guardia fueron sometidos.

Uno a uno fue despojado de carteras, celulares, relojes, joyas, objetos de valor.

De cada uno de los consultorios fueron sustraídos objetos de valor, incluso, se apoderaron de material médico, así como de medicamentos.

El asalto ocurrió cuando en la zona circulaban pocos vehículos, poca gente pasaba cerca de la clínica y los delincuentes tuvieron todo el tiempo necesario para apoderarse de todo lo que hallaran de valor.

El robo duró entre 15 y 20 minutos, después los asaltantes se retiraron.

Más tarde llegó la policía, muchas de las víctimas se encontraban presas de histeria y fue necesario que algunas de estas recibieran atención médica.

Los uniformados anotaron en sus libretas, como todos los protocolos de este tipo, para luego recomendarles que acudieran a la Fiscalía General del Estado (FGE), para presentar su denuncia.

El domingo 30 de Julio, desde las 8 horas las enfermeras, empleados, familiares de quienes se encuentran internados en la clínica, acudieron a presentar denuncia por lo ocurrido.

A todos los afectados les dijeron que se acomodaran donde pudieran y que se esperaran.

No fue sino hasta las 10 de la noche cuando los atendieron.

Les dijeron que tenían mucho trabajo.

Tras la denuncia hubo investigaciones periciales, pero éstas fueron hechas sin ningún profesionalismo, sólo con la intención de dar cumplimiento con protocolos, sin que se viera algún tipo de importancia por resolver el caso.

Aunque han pasado pocos días del asalto los rumores de quienes pudieron haberlo perpetrado son constantes, se dice que fue por policías que conocían los horarios cuando la vigilancia se relajaba.

Otros rumores indican que se trató de una bien organizada banda de ladrones que cuenta con la protección policiaca, incluso, ministerial, lo que les ha permitido perpetrar este robo y otros más.

Lo cierto es que la Fiscalía General del Estado, en forma aparentemente no intencional, ha ocultado éste y muchos otros asaltos.

La información de los casos de inseguridad se encuentra en el escritorio del fiscal, Víctor Antonio Carrancá.

Los poblanos seguimos con una venda en los ojos.

Somos rehenes de la delincuencia

Nos vemos cuando nos veamos.