Un reporte llegado a esta columna volvería a demostrar que ‎la Fiscalía General del Estado (FGE), persiste en ocultar la verdad de lo que está ocurriendo en “El Triángulo Rojo”, que comprende al menos 5 municipios.

En esta ocasión toca al municipio de Tecamachalco, donde el jueves de la semana pasada se registró una agresión armada que dejó como saldo la muerte de al menos 5 personas, entre éstas una menor de edad.

Tras lo ocurrido ‎en el interior y fuera del negocio “Best Friends”, ubicado en el kilómetro 59 más 800, donde hombres armados llegaron a perpetrar un múltiple asesinato, la FGE permitió que el hecho fuera tomado como un ajuste de cuentas, entre huachicoleros y concluyó su participación informativa con un escueto boletín, donde no incluían detalles, ni la verdad de lo que estaba ocurriendo.

Resulta que ese restaurante, propiedad de Urien “N”, quien sería el dueño del lugar, era un picadero de drogas de todos tipos, disfrazado de negocio de venta de comidas.

Al negocio acudían conductores de unidades del transporte de carga, viciosos e incluso compradores al mayoreo de diversos tipos de drogas, principalmente cristal, cocaína, heroína, metanfetaminas, marihuana y otros más.

Los vecinos de la zona que enviaron el reporte, mostraron su preocupación por lo ocurrido ese jueves, donde entre los cinco muertos por disparos de arma de fuego, quedaron los cuerpos de una niña de 6 años de edad, que eran mujer y pareja del dueño de ese lugar.

No era la primera vez que en el negocio de restaurante se registraba un enfrentamiento armado, ya en otras ocasiones los vecinos habían reportado disparos, sin que el Ayuntamiento de Tecamachalco se decidiera a clausurar el lugar, donde ni vendían ni un caldo de pollo, sólo drogas.

En esta ocasión no fue la excepción.

Tras la agresión armada al lugar arribaron patrullas de la Policía Municipal que no ingresaron al lugar, sólo pasaron de largo rogando a Dios que no los hayan visto, porque estaba una camioneta de color negro con hombres armados a bordo, que al parecer habían llegado a auxiliar al dueño del lugar, pero llegaron tarde.

Antes de que se desquitaran con ellos –los policías–, éstos decidieron retirarse.

Por extraño que parezca, el negocio de venta de comida fantasma, donde quedaron dos cuerpos de las cinco víctimas, no fue asegurado, quedó con las puertas abiertas.

En esas mismas puertas de entrada se pueden apreciar huellas de otras agresiones.

Hay orificios que ya tienen tiempo, que dan muestra de la serie de hechos violentos que se han registrado.

En otras palabras, este negocio sólo ha servido como madriguera de delincuentes.

Los vecinos quieren que ya no siga funcionando.

Que la FGE investigue a fondo.

Lo ocurrido ese jueves fue un ataque entre narcomenudistas.

Nos vemos cuando nos veamos.