En un hospital de la ciudad de Puebla un comerciante de 30 años de edad libra una pelea contra la muerte; antes lo hizo con secuestradores, luego de que uno de éstos le cortó tres veces el cuello. Sin poderle alcanzar la yugular y creyéndolo muerto, lo dejaron en un paraje de Amozoc de Mota.
Este comerciante y su primo fueron secuestrados el pasado 15 de noviembre en San Martín Texmelucan, uno de éstos habría sido ejecutado a balazos un día después, es decir, el 16, y su cuerpo fue abandonado en la Autopista México-Puebla, en la lateral del tramo de San Miguel Xoxtla.
El padre del sobreviviente del secuestro, de los muchos que han ocurrido en Puebla, se dirigió ante reporteros de la fuente de policía a las puertas del nosocomio, y consideró que la Fiscalía de Secuestros y Delitos de Alto Impacto (FISDAI), se adelantó al plan de rescate que le habían prometido a la familia de los secuestrados y puso en riesgo la vida de su hijo, porque los plagiarios le cortaron el cuello con la intención de asesinarlo, y se salvó porque la venda que tenía enredada en el cuello desvió el filo de la navaja o cuchillo que iba a la yugular.
El papá explica que los secuestradores, tras atormentarlo de que le iban a cortar un dedo a su hijo, que le estaban cortando los pies y otras partes, le dijeron que los dos millones de pesos y los tres vehículos de lujo que le habían pedido, con todo y facturas, deberían de ser entregados en un punto pactado.
Los agentes de la FISDAI le dijeron que sólo iban a intervenir en el momento en que su hijo estuviera sano y salvo.
Pero le mintieron.
Apenas había entregado las facturas de cuatro vehículos, tres que les llevó, además de los documentos del cuarto que quitaron a su hijo y a su sobrino al ser secuestrados, cuando se suscitó la balacera.
Dijo que tenía apenas de haber avanzado una calle cuando las detonaciones comenzaron.
En ese momento fueron detenidos dos hombres y una mujer, pero otros escaparon.
Al parecer 4.
De los que se escaparon uno de éstos le cortó el cuello a su hijo y lo dejó en calidad de difunto en un terreno de Amozoc.
Por fortuna y no por la intervención de la FISDAI, se salvó.
El padre del secuestrado recuerda que el secuestrador, por teléfono, le dijo que iban a seguir otros empresarios de San Martín Texmelucan.
Y el mensaje fue advertencia y amenaza.