La mañana del pasado 12 de diciembre, sicarios ejecutaron de dos disparos de arma de fuego a Iván Flores Rodríguez, exsecretario particular de Alberto Jiménez Merino, delegado de la Comisión Nacional del Agua.
La ejecución ocurrió en el interior del departamento de este hombre, ubicado en la colonia Prados Agua Azul.
Dos fueron los tiradores, uno habría golpeado a uno de los vecinos del occiso para que revelara el número exacto del departamento de quien era su víctima.
El mismo hombre golpeado reveló que sólo hubo un breve intercambio de palabras entre víctima y victimarios y el secretario particular fue ejecutado.
Así sin más.
De manera inicial se dijo que los que habían entrado a la casa de Iván Flores sólo intentaban robarle sus valores, sin embargo, la versión fue más tarde desmentida por el secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Manuel Alonso García, sugiriendo que se trataba de un asunto personal.
Un dato que no fue revelado a medios de comunicación y que se mantiene como principal investigación es que dentro del departamento los investigadores hallaron dos paquetes, de un kilo cada uno, de una sustancia similar a la cocaína.
Las mismas investigaciones del crimen indican que el hoy occiso llevaba una buena vida, comía en los mejores restaurantes de Puebla y se divertía también en los mejores antros.
Además este hombre rentaba un departamento, donde fue asesinado, donde pagaba 15 mil pesos al mes.
Aunado a que Flores Rodríguez, era divorciado pero se hacía cargo de los gastos de su hijo y exmujer, se antoja difícil que todos estos lujos se los daba con su salario de secretario particular.
El asesinado de Iván Flores Rodríguez se dio un 12 de diciembre cuando las actividades laborales del gobierno de Puebla y de su capital estaban relajadas, además de que los días siguientes fueron preludio y después vacaciones.
En otras palabras, la ejecución de un personaje activo en la política de Puebla pasó totalmente inadvertida.
Los móviles del crimen, además de un ajuste de cuentas, tendrían que ver con la sustancia hallada dentro del domicilio de Iván Flores Rodríguez.
El crimen ocurrió, de manera extraña, justo en los momentos en que matones, presuntamente del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), realizaban limpieza en territorio poblano.
De este violento crimen ya no hubo más comentarios.
Las investigaciones de la ejecución no tardan en reanudarse.
Los homicidas y sus motivos aún no han dado la cara.
Nos vemos cuando nos veamos.