A los cerca de mil elementos que forman parte de la Policía Ministerial del Estado, los dejaron acuartelados mientras duraron las votaciones del primero de julio.

Les pidieron que entreguen las armas, además de las llaves de sus vehículos oficiales. 

Además de que no les dieron permiso de salir a votar.

Sabedores, porque nadie los quiere, sus superiores no les permitieron emitir un voto que sabían que los iba a perjudicar.

No me pregunta si el fiscal general del estado, Víctor Antonio Carranca Bourget, fue quien lo ordenó todo.

Desde sus comandancias los agentes escucharon todos los reportes de la inseguridad que ese domingo se estaba viviendo, y no los dejaron salir 

La camioneta que tiene el logotipo de Ministerio Público, que fue utilizada para el transporte de paquetería electoral de dudosa procedencia, que entre otras cosas contenía papeletas con votos a favor del principal de los candidatos, sí es de la FGE.

La camioneta está a cargo de la Fiscalía Regional, todos los agentes lo saben, pero tienen la orden de callar.

Muchos de estos agentes consultados saben que la Fiscalía General del Estado, operó con grupos externos para los operativos del robo y del vandalismo de las urnas electorales. 

Se trató de pandilleros que fueron atraídos por la misma Fiscalía para sembrar el terror en Puebla, tras los comicios electorales. 

El único artífice de la felonía es un mapache a quien le habían pedido ya la renuncia y luego, para quedar bien, organizó a todo su equipo para perpetrar delitos electorales, a ver si así se olvidan de su mal trabajo y lo dejan con el hueso

Una ejecución más el domingo

Un comando armado, que llevaba puesto pasamontañas, que iba a bordo de una camioneta de color negro, se metió a la casa 53 de Los Pinos, de la colonia Valle de Guadalupe. 

Los desconocidos sacaron por la fuerza a Ismael Rojas de 42 años de edad, lo hincaron frente a su casa y lo ejecutaron con disparos de arma de fuego en la cabeza.

Los hechos ocurrieron la tarde-noche del domingo.

Nos vemos cuando nos veamos.