La Fiscalía General del Estado (FGE), se deslindó del señalamiento directo que el Partido Morena hace en su contra de haber participado en el robo de urnas, además del vandalismo electoral del pasado domingo primero de julio.
Lo malo para esta Fiscalía, la de Víctor Antonio Carranca Bourget, es que no sólo se debe deslindar ante la opinión pública de no haber proporcionado vehículos y protección para grupos de choque, tanto de Puebla como del Distrito Federal, sino que también debe de hacerlo para la Procuraduría General de la República (PGR), quien se encarga de las investigaciones de todo lo ocurrido.
Existen versiones, que aún no se han hecho oficiales de que la FGE, habría tenido participación directa en todos los desmanes ocurridos durante la jornada electoral del pasado primero de julio.
Un tuit enviado, en su momento, por el gobernador de Puebla, en el sentido de que tendrían que aclararse todos los hechos violentos de la jornada electoral, estaría indicando que la FGE actuó por cuenta propia.
Por órdenes del exgobernador de Puebla.
De ser así y de comprobarse, como está ocurriendo, el Fiscal tendría que buscar una nueva chamba e, incluso, pensar en unas vacaciones pagadas en el Cereso de San Miguel.
Como ya le había comentado, el Fiscal ordenó que los cerca de mil elementos de la Policía Ministerial del Estado fueran acuartelados para que no tuvieran acceso a las componendas que en ese momento había registrado la FGE para satisfacción de un mandato dictado a Carrancá.
Pese a que digan y digan que la camioneta accidentada en Xilotzingo, donde se estarían transportando urnas robadas, ésta sí pertenece a la Fiscalía.
Pero esto lo habrán de demostrar las investigaciones federales iniciadas por hechos de violencia, además de delitos electorales del domingo.
No hay que olvidar que si el Fiscal ordenó que fuera acuartelado todo el personal de la Policía Ministerial y que no los dejaran ni siquiera ir a votar, significa otro delito electoral.
Nos vemos cuando nos veamos.