Don Víctor Antonio Carrancá Bourget, debe de estar en estos momentos colocando un anuncio donde ofrece sus servicios de “fiscal con licencia temporal”, para lo que se ofrezca.
Y entre su generosa lista de haberes debió haber resaltado que sabe mentir, como lo hizo el 30 de julio del 2014, ante medios de información locales y nacionales al sostener que el niño José Luis Alberto Tehuatlle Tamayo, de 13 años de edad, había muerto por una “onda expansiva” de un cohetón y no un proyectil de granada, aquel 19 de julio cuando la policía del estado desalojó a los habitantes de Chalchihuapan, que habían cerrado la autopista Puebla-Atlixco, para pedir que les regresarán su Registro Civil.
Debió haber incluido en ese currículum la lista de sus asesores y ayudantes para poder armar una farsa y salirse con la suya, sin que nadie lo cuestionara, como cuando se fue de vacaciones cuando una candidata y una funcionaria del Verde Ecologista fueran ejecutada.
Caso que, por cierto, no se ha aclarado.
En la misma lista debe de haber escrito cómo le hizo para que le creyeran que aclarada la doble ejecución ocurrida en Acatlán de Osorio, presentando a un hombre que llamó a la población a través de perifoneo y no detuvo a quienes golpearon, prendieron fuego y echaron gasolina a dos inocentes.
¿De a cómo le salió?
Don Víctor debe de estar revisando en la lista de empleos si no se solicita una mancuerna, para convertirse en verdugo y armar delitos, detener y encarcelar a todo tipo de enemigos, desde políticos hasta empresarios e, incluso, narcos.
Aunque también se dedicó a ocultar delitos y a hacerse desentendido de los abusos y excesos de su aún patrón, aunque sea de lejitos.
Y si encuentra una chamba de inmediato va a mandar traer a todo su grupo, desde fiscales hasta directores y todos quienes desestabilizaron al estado durante 7 años.
Claro que la chamba la va a buscar una vez que le hagan su reconocimiento, por la ardua labor de sumergir en el oscurantismo a la procuración de justicia en Puebla.
Además de que también le van a dar otro reconocimiento al cambiar la renuncia forzada por “fiscal con licencia temporal”.
Nos vemos cuando nos veamos.