La mala suerte le sigue no sólo a Claudia Rivera, la presidenta municipal de Puebla, además de a María de Lourdes Rosales Martínez, la secretaria de Seguridad Pública del Municipio, ya que mientras una protege a otra y la otra no puede tomar las riendas de la Policía Municipal, la delincuencia se incrementó y los asaltos a mano armada y homicidios se hicieron más presentes.
En menos de 24 horas dos homicidios violentos, que tienen como principal móvil el intento de robo, ocurrieron en la ciudad de Puebla, además del hurto a mano armada de 200 mil pesos a empleados de una dulcería y otros 400 mil a la Ducati.
Los hechos de violencia ocurrieron en 4 puntos de la ciudad de Puebla, el oriente, centro y sur, además de otros delitos que no fueron denunciados y otros que no fueron dados a conocer.
Mientras esto ocurre la Policía del Municipio se encuentra en franca caída.
Primero, porque muchos de sus mandos están resultando que se encuentran comprometidos con la delincuencia y esto minimiza las acciones de la vigilancia en las colonias y juntas auxiliares de esta ciudad.
Segundo, porque es en este mes, el de noviembre y diciembre cuando aumentan todos los delitos de robo, debido a que aumenta la circulación de efectivo por adelantos de aguinaldos, entrega de cajas de ahorro, además de las tradicionales compras.
Lo preocupante es que a nuestra presidenta municipal, Claudia Rivera, no se le ha ocurrido dar un manotazo en su escritorio y exigirle a su encargada de la seguridad en la Angelópolis resultados ante tanto embate delictivo.
Lo único que ha venido realizando la alcaldesa es proteger a su subordinada, María de Lourdes Rosales, quien la única noticia que ha dado desde fue nombrada es que se reunió con sus policías para saludarlos.
No me lo crea pero este maridaje entre alcaldesa y jefa de Policía ya fue advertida por la mafia y si no solucionan esta mutua protección los poblanos vamos a tener muchos problemas en materia de seguridad.
Nos vemos cuando nos veamos.