Algo muy extraño, por decir lo menos, está ocurriendo en la Dirección General de Protección Civil Estatal que coordina Ana Lucía Hill Mayoral. La entrega (o venta) de permisos para la reapertura de negocios le está dando buenos dividendos, nos aseguran.
“A las grandes empresas a las que les está dando muy fácilmente permiso de reapertura, no sé, hasta donde el Gobernador esté enterado de estos permisos que estoy segura a ella no le compete dar, pienso que claramente está usurpando funciones”, refiere la carta de una ciudadana que nos compartió su experiencia.
La persona también se pregunta constantemente cuántos trámites se continúan realizando en estas fechas en el edificio de Reforma pues se aprecian largas filas de personas que esperan ser atendidas y que ni siquiera guardan la sana distancia dentro de las instalaciones de la dirección de Protección Civil.
“Empresas chicas, medianas y grandes que solicitaron su permiso mucho después que yo, ya lo tienen y empresas que no cumplían cuál es la casualidad que ya lo tienen”, relató en medio del coraje y la impotencia.
La duda sobre el desempeño de Hill Mayoral no es la primera. Hace dos semanas le contaba sobre el pésimo manejo del brote de coronavirus que se presentó en sus oficinas. En aquella ocasión le contaba tres detalles que reiteró nuestra amable lectora.
El primero, que Ana Lucía Hill está ocultando información al secretario de Gobernación, David Méndez que es su jefe inmediato, pero también al gobernador, Miguel Barbosa, sobre el número de colaboradores contagiados por el coronavirus.
El segundo, que Hill Mayoral no tiene una estrategia ni sigue los protocolos para evitar que los brotes del SARS-CoV-2 afecten a la mayor parte del personal que trabaja en la dirección.
Podría parecer algo menor, pero evitar que sus colaboradores sean regresados a sus casas cuando presentan síntomas de resfriado, debiera ser una política para salvaguardar la salud y hasta la vida de quienes no se han infectado con el virus.
“No es posible que (Ana Lucía Hill Mayoral) siga poniendo en riesgo la vida de los contados empleados de Gobierno que siguen trabajando y de las personas que asisten para hacer trámites. Me pregunto ¿qué tramites?, porque se supone que lo del coronavirus le compete a la salud quiero suponer que no a Protección Civil”, fueron sus palabras.
La tercera de las quejas que reiteró fue la referente a las ausencias de la titular. El 18 de junio en la Contracara titulada SEGOB, la cara oculta del Covid, le relaté que desde principios del mes pasado, “subdirectores, directores y la coordinadora general, Ana Lucía Hill, no se han presentado a las oficinas de Protección Civil. Las ausencias se dieron, coincidentemente, después del brote de coronavirus que se registró en la dependencia.
“Luis Martínez Ordaz, Nora Domínguez Becerril, Ruth Guevara y Guevara y Edgar Sánchez López; son algunos de los trabajadores que dieron positivo a la prueba del Covid 19”, le conté.
Y a pesar de los casos confirmados, una veintena de trabajadores de Protección Civil del Estado continúa laborando sin el equipo adecuado ni las pruebas necesarias para descartar o conocer si hay más contagiados.
Bien dicen que en casa del herrero azadón de palo.
Mal godín
La ausencia de Ana Lucía Hill en la Dirección General de Protección Civil Estatal ocasiona que algunos de sus protegidos se envalentonen como por ejemplo “Gerardo Vargas Pino, a quien acusan de ser prepotente, soez, malmodiento y ofensivo con el personal, además de que no sabe pedir las cosas porque desconoce los protocolos de Protección Civil Estatal”.
Ese desconocimiento le lleva a solicitar que el personal realice acciones que en ocasiones chocan con el manual de procedimientos de la dependencia, lo que a la postre le puede acarrear faltas a sus subordinados, un círculo viciosos, pues.
Gerardo Vargas, que era el encargado de autorizar que los trabajadores con síntomas de coronavirus se quedaran acuartelados en sus casas, pero se ausentó durante esta semana de las oficinas, lo que hace suponer que aprendió a realizar home office o también se encuentra contagiado.