Han pasado seis años y la justicia aún no llega para Elia Tamayo, sin embargo, la reapertura del Caso Chalchihuapan justamente antes de que comience el periodo electoral de 2020-2021, levanta fuertes sospechas sobre las verdaderas razones para revivir las heridas.

Aunque después de mucha presión, el gobierno de Rafael ofreció una escueta disculpa pública y se realizó un pago compensatorio, la verdad es que la muerte del niño José Luis en el violento desalojo de Chalchihuapan, sigue sin encontrar la justicia.

En su momento y valientemente, Intolerancia Diario realizó las denuncias sobre el caso. Las plumas de Jorge Castillo, Mario Martell y Francisco Sánchez, se sumaron a este espacio para revelar los detalles del desalojo. En nuestras páginas dimos cuenta de las muchas pruebas que siempre contradijeron la “verdad histórica” de Moreno Valle sustentada en cabezas de marranos.

Fue este medio, y pocos más como La Jornada de Oriente, quienes obligamos al morenovallismo a reconocer que sí se habían utilizado las balas de goma, esas que meses antes habían aprobado los diputados a modo, asegurando que no dañaban a la población.

Pero nuestra presión, las denuncias internacionales y el apoyo de activistas no alcanzaron para que los altos mandos, los verdaderos responsables de la muerte de José Luis y las heridas graves de una decena de pobladores, enfrentaran la justicia.

Hoy, un año y nueve meses después de la muerte de Rafael Moreno Valle, los abogados de Doña Elia anuncian que ahora sí presentaron una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado contra quienes nosotros señalamos desde el primer momento.

Pensando que realmente se busque la justicia y la reparación del daño, le comparto al fiscal y a quienes realicen las pesquisas, el minuto a minuto que publicamos hace exactamente seis años, un 22 de septiembre de 2014.

El Centro de Control, Comando y Comunicación de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal informa del bloqueo a la autopista Puebla-Atlixco.

Arriba Facundo Rosas Rosas, secretario de Seguridad Pública, a bordo de una camioneta color gris, sin descender de ella.

Facundo Rosas le informa, vía Blackberry, al gobernador Moreno Valle del bloqueo. Moreno Valle le ordena, vía Blackberry, que de inmediato retire a los inconformes.

Acude al lugar el inspector jefe Marco Antonio Estrada López, director de Grupos Especiales, con elementos a su cargo; utiliza humo blanco (HC), gas lacrimógeno (CN) y agente irritante (CS), por medio de proyectiles 37/38 milímetros y granadas de mano, para dispersar a los pobladores inconformes.

Si el objetivo realmente es llamar a cuentas a Víctor Carrancá, Facundo Rosas y Juan Pablo Piña Kurczyn, ahí pueden comenzar a encontrar elementos para, después de seis años, impartir justicia.

Ahora que si el planteamiento es meramente electoral, para golpear al PAN por el gobierno represor de Moreno Valle durante las próximas campañas, debo decirles que sus actos nos los hacen diferentes a aquellos que tanto repudiamos.

Tehuacán y los camotes legislativos

En el Congreso del estado la mayoría morenista se encuentra sobre una cuerda muy delgada. En el filo de la navaja aprobaron la disolución del Cabildo de Tehuacán, una sentencia “pausada” hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determine si la disolución puede aplicarse o si se debe respetar a los actuales integrantes del Ayuntamiento, que hoy encabeza Artemio Caballero, suplente de Felipe Patjane, el primer alcalde morenista que fue encarcelado y acusado de uso indebido de la función pública.

Si la SCJN les da la razón, como Gabriel Biestro y Vianey García presumen que sucederá, los legisladores habrán ganado tiempo en los procesos y podrán colocar a uno de sus excompañeros al frente del Concejo que gobernará Tehuacán.

Por el contrario, si la razón asiste a los argumentos de legisladoras experimentadas como Rocío García Olmedo o a la panista Mónica Rodríguez, el Poder Legislativo de Puebla se verá envuelto en el desacato.

Esta serie de política-no ficción aún tiene muchos capítulos pero la moneda ya fue lanzada, ¿Fue la apuesta correcta?

Veremos y diremos.