Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.
Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.
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Mi manada del alma, con la novedad que a escasos días que inicie la tan esperada vendimia por el Buen Fin, ya se empiezan a barajear opciones pa’ que los ambulantes del Centro Histórico camotero, como quien dice, no anden estorbando.
Y esdeque los comerciantes establecidos ya se andan relamiendo los bigotes en espera de que sus ventas al fin levanten el vuelo y recuperen ganancias ante el maldito Covidio.
La lucha, que será mejor que las de su servilleta en la Arena Puebla antes de chingarse la rodilla, se vivirá en las calles, mis valedores, por atraer marchantes y nadie estará dispuesto a ceder ni un pasito cuando de compras se trate.
Ya todos saben que el Buen Fin es un tanquesote de oxígeno pa' cualquier cristiano y por eso los vendedores establecidos ya la cantaron directa y han pedido que mientras más lejos se tenga a los ambulantes, pos mejor.
De ahí que la explanada del CENHCH sea la propuesta para tenerlos a raya del 10 al 16 de noviembre, y de paso se libren de todos los males que aquejan.
La opción ya la tienen las autoridades municipales y será cuestión de días pa’ que den a conocer qué tan lejos los mandarían del Centro Histórico.
Por lo mientras, mis carnales, a esta propuesta hay que agregarle una más: la famosa zona de tolerancia pa' las damas del tacón dorado, de la que muy pronto les andaré contando cómo va la cosa.
Uno no quiere echar las campanas al vuelo, pero la Netflix es que pareciera que el tan prometido reordenamiento comercial sí anda, aunque sea, gateando.
Ya de a perdis se ve la intención a estos nuevos políticos de moverle algo al desmadrito que por casi 3 años nos tuvimos que fumar justos y pecadores.
Que no se duerman en sus laureles o me los ajusticio. Avisados están.