Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.
Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.
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No pasaron ni tres méndigos días del regadero de plomo que dejó a Tecamachalco peor que zona de guerra cuando Nacho Mier Velazco, ni lento ni perezoso, se fue a buscar las faldas del tlatoani de Macuspana, con toda la desfachatez a la que ya nos tiene acostumbrados.
Así como lo leen, mi bandera, y es que por más que lo negó, está bien canijo no pensar que en la platicadera no se tocara el baño de sangre en el municipio que según gobierna el junior de la familia, Nachito Mier.
No hay que ser un genio pa' imaginarse que, teniendo de frente a su patrón y levantadedos pa' la gubernatura del 2021, el Nacho le fuera a contar una versión que le abollara la armadura de teflón.
Ya metidos en esas, tanto debió andar rajando chipotle con AMLO que apenitas se encontró con los carnales reporteros aprovechó pa’ medio lanzar dos que tres darditos envenenados.
Chéquense ésta.
De entrada pidió que no se adelantaran ni especularan con la investigación, pa’ ver quién cachaba la paloma. Pasumecha, como si la plaza se enfriara hablando entre líneas.
Ah, pero ahí no paró la cosa, mis valedores, porque el líder morenista en San Lázaro también se aventó la maroma de pedir una investigación autónoma, lo que desató unas miradas burlonas entre quienes le pararon oreja.
Pa’ acabar pronto, a Nacho le pasó como al refrán de mi tía Alma María: “no hagas nada malo que parezca bueno”.
Ya parece que no fue a pedirle la bendi al AMLO pa´meter su cuchara y ver qué rescata de las cenizas de Tecamachalco.
Si no cómo entender, mis carnalitos, que saliera con la espada desenvainada pa’ sacar raja política del aire.
Aunque no echen en costal roto que en la misma cara del AMLO le haya pintado la de payaso y el Nacho se haya ido por la libre.
Si algo ya sabe su servilleta es que en el barrio morenista todo puede pasar.