Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Quien tiene encendida la cerita, reza que reza a la Virgencita y echando salmos al viento, es el mal recordado Adolfo López Badillo, y todo pa’ ver si le hacen el milagrito de llegar a una silla del ITAIP.

Pos resulta que el dizque paladín de los Derechos Humanos en Puebla anda bien ilusionado con eso de ser el jefazo del Instituto de Transparencia. Como si lo mereciera.

Y es que Adolfito tal parece que ya olvidó la bola de chingaderas de las que se hizo de la vista gorda cuando Puebla era reino morenovallista.

Nomás habrá que recordarle su papelón en el crimen de Chalchihuapan o cómo dobló las manitas con los perseguidos políticos. ¿Aún así quiere ser jefazo del ITAIP?

Si lo suyo era agachar la cabeza y mirar pa’ otro lado, ya parece que ahora sí haría su chamba. O qué, ¿la hambruna lo dejó desmemoriado?

La Netflix es que no tendría perdón de Dios verlo al frente del ITAIP, jugándole al transparente.

Vayan pidiéndole unos tacos de lengua al Adolfito. Corren a mi cuenta.

Mano larga en la sombra

Con la novedad, mis valedores, que el exdiputado mano larga Saúl “N”, seguirá bien guardadito en el tambo del Reclusorio Oriente, allá en la CDMX.

Y es que doña justica amplió tres meses la investigación en su contra por presunta violación equiparada, así que un round más estaremos a salvo de tan nefasta calaña.

Cuentan los que saben que la defensa no sabe de dónde sacar pruebas a su favor y nomás da largas por si se les cumple el milagrito navideño.

Habrá que esperar, pero a Saúl “N” sólo le queda resignarse a vivir en la sombra, pos de ésta ni el Tlatoani de Macuspana lo salva.