Donde siguen apilándose las pinches denuncias por incompetencias, malos tratos, falta de medicinas y hasta elevadores que se caen sin decir agua va, es en cada uno de sus terruños del IMSS Puebla.
Y es que como si fuera una maldición, el viacrucis que sufre la banda de derechohabientes pa’ siquiera tener consultas dignas, es toda una mentada de madre que ni a la peor suegra se les desea.
Así como lo leen, mis valedores, pos en apenas en unos días en el hospital de La Margarita se encendieron las alarmas, cuando ya se les andaba cayendo un elevador.
Aunque el IMSS juró y perjuró que nomás el aparatito les andaba fallando dizque por “exceso de peso”, lo cierto es que está pal’ rábano que en un hospital de este calibre salgan con estas chingaderas.
Imagínense, mis carnales, que a la mera hora de una emergencia de vida o muerte los elevadores terminen chiflando a su máuser, nomás por malos mantenimientos y lavaderas de manos a diestra y siniestra.
Eso sí, hay que agradecer que el mentado incidente no cobrara víctimas, pos a la de a Wilbur no hay que minimizar las cosas y menos dejarlo a la ligera, si hay miles de vidas en juego.
Y ahí no queda la cosa, banda, apenitas nos andábamos terminando el bolillo por aquello del susto, cuando siguieron las denuncias ciudadanas por más ineptitudes del IMSS.
Resulta que también en la Clínica 1, allá por el Centro Histórico, familia y derechohabiente se las andan viendo negras pos hasta las medicinas están escasas.
Los valedores reclaman que no les rolan las recetas completas, y no les queda de otra que lanzarse sin medicinas o esperar hasta que las resurtan a la farmacia. Habrá que sumarle que otras quejas son por las malas atenciones, y la falta de material en el área de laboratorios.