Dicen que lo más difícil para cualquier presidente municipal es el día después de… Sí, el día en que entregan a su sucesor, las riendas del municipio que por tres o seis años creyeron suyo.
Pero no se trata sólo de ese día, meses antes, incluso podríamos pensar que un año antes, cuando los precandidatos comienzan a tener actividades proselitistas (estén o no en los tiempos legales) las y los alcaldes comienzan a ver que el poder que concentraron se les escapa de la mano y es ahí donde la ambición hace de las suyas.
Les susurra al oído extrañas e incomprensibles maneras para mantenerse en el poder, detrás del trono. Es entonces cuando nacen los llamados “delfines”.
Y por lo general los delfines son personas extremadamente cercanas a quienes aún ostentan el cargo y que se han tragado el cuento de que serán tan o más poderosas que quien los coloca en el sitio.
El segundo error de los delfines, el primero es creerle a quien los ha designado como sucesor, es pensar que son intocables, que no hay ley o norma que deban respetar.
Ahí está el ejemplo de Horacio Cano, quien hoy se desempeña como Síndico Municipal de San Martín Texmelucan y se ha creído el cuento de que puede violar flagrantemente la Ley Electoral.
Y no me refiero a bardas, panfletos o reuniones. El señalamiento es por algo mucho más delicado.
En resumen, el delfín de Norma Layón -quien ya no puede reelegirse- lanzó una amenaza. Frente a un grupo de mujeres que convocó con motivo del 8 de marzo, el funcionario público se atrevió a decir que, si la Cuarta Transformación no continuaba en el poder, los apoyos que reciben estarían en riesgo.
Falso.
La Constitución Política ya establece que apoyos como la pensión universal se mantendrán independientemente de si quien gobierna es el PRI, el PAN, el Verde, Movimiento Ciudadano e incluso si se mantiene Morena.
De ahí que la amenaza a las mujeres, siempre promotoras del voto, resulte una vulgar mentira, amén de que se trata de un delito electoral, mismo que el Instituto Electoral del Estado deberá atender.
En el ideal, la Contraloría Municipal también les debería responder a los texmeluquenses dudas como: ¿Se están desviando recursos públicos para apuntalar la pre-precampaña del síndico?, ¿El evento fue realizado en día y hora hábil?, ¿Es válido que se utilicen los padrones del ayuntamiento para reuniones partidistas?
Más allá de la multa que por Consecuencia se le deberá imponer a Horacio Cano sería bueno saber si los texmeluquenses, que han tenido pésimos gobiernos desde hace al menos dos décadas, están dispuestos a seguir sufriendo con servidores públicos que ya demostraron que violan las leyes sin recato alguno.