Es un argumento bien marcado en la ridícula guerra contra narcóticos y narcotráfico. Los muertos los pone México y los adictos Estados Unidos. Aunque la cosa va cambiando, para mal.
Los números son importantes para entender la dimensión del problema, aunque despersonalicen la tragedia. De Calderón a López Obrador han muerto más de 400 mil personas y desaparecido 100 mil. Algo así como asesinar a todo San Martín Texmelucan, San Andrés Cholula y Huauchinango juntos, y desaparecer a todo Teziutlán. Es escalofriante.
Pero en Estados Unidos cada vez más avanza la sombra de la muerte en forma de sobredosis; tan solo el año pasado murieron más de 100 mil. Usando el mismo ejercicio de comparación, es como si todo Huejotzingo se nos hubiera muerto.
La crisis de la sobredosis tiene un gran culpable que le sonará, el fentanilo. Este opioide, es decir, un derivado de la amapola, es tremendamente eficaz como analgésico; lo que lo hace una fenomenal y letal droga recreativa. Su uso puede generar felicidad extrema, no obstante, la dosis letal es minúscula: dos miligramos. ¿Cuánto es eso? Unos 10 granos de sal. Se podrá imaginar que un adicto poco tendrá de precaución para estas mediciones.
El problema ha sido tan radical en Estados Unidos y Canadá que los señalamientos cada vez son más encendidos hacia México, que poco hace para evitar la entrada ilegal de los precursores químicos para producir la droga, y aún menos para evitar su trasiego ilegal por los cárteles.
Sin embargo, así como de radicales han sido los problemas, lo mismo van siendo las soluciones. O ni tan radicales.
Canadá ha implementado clínicas patrocinadas por su secretaría de salud para la distribución gratuita y segura de fentanilo. Tres, cuatro, o cinco veces al día, las dosis que requiera. Es una alternativa más segura que estar buscando la droga en las calles. También sale más barato, cuesta menos que la oleada de delincuencia y descomposición social que genera un adicto buscando su siguiente dosis.
Pero no solo es el fentanilo, Canadá va dando pasos acelerados en un control integral de las drogas recreativas. A inicios de mes la empresa Adastra Labs recibió permisos para producir, vender y comercializar cocaína.
Los canadienses también están metidos en la mariguana, como la empresa Xebra Brands, quien recibió permisos la semana pasada para cultivar, producir y vender cannabis… de parte de la Cofepris acá en México. Este es el primer permiso integral para actividades comerciales para una empresa en nuestro país, todo un hito.
México como Estado no se queda atrás. La semana pasada el presidente AMLO anunció que en cada clase de biología y civismo los alumnos recibirán 15 minutos de orientación sobre los daños de las drogas. Ah, y un folleto. Lo terminarán usando para enrollar un churrito de mota, si no lo tiran antes. Las drogas recreativas son parte de la naturaleza humana –nos encantan los estados alterados de conciencia, vengan de donde vengan– y hasta que no entendamos que el enfoque es de salud y hasta de negocio, no de seguridad, las drogas seguirán causando los daños que todos conocemos.