Hace 10 años una empresa se hizo una audaz pregunta, ¿qué pasaría si uno pudiera entrar en una tienda, tomar cualquier producto, y salir sin pasar por una caja? Acá en México pensaríamos directo que se lo está birlando algún tunante, pero cuando la pregunta es hecha por uno de los gigantes tecnológicos globales la cosa cambia.
Este reto fue planteado por Amazon –la famosa empresa de comercio y servicios electrónicos– para un nuevo modelo de tienda, lo que ellos denominaron Amazon Go. El concepto le va a quedar claro.
Al entrar a la tienda usted hace registro de entrada con su celular, mismo que liga su llegada con su usuario digital. De ahí una serie de cámaras, inteligencia artificial, sensores avanzados y algoritmos predictores irán registrando lo que tome –o regrese– de los anaqueles para sumarlo a su carrito virtual. Al salir el cobro se hará directamente a su tarjeta, por lo que nunca pasará por cajas, cajeros o filas de salida.
Se tomaron su rato, pero para 2018 en Seattle, Estados Unidos, la primera tienda de este estilo fue abierta al público. Hoy existen más de dos decenas de estas tiendas entre la Unión Americana y el Reino Unido, con muchas más cadenas adoptando el modelo.
Con esta tecnología ya existen tiendas de gran tamaño como Walmart, 7-Eleven o Sam’s Club. Lugares de nicho como algunas tiendas de la tarjeta de crédito American Express. O puntos de venta como algunos estadios deportivos. Pero, ¿y en México?
Este año vimos la apertura de la primera tienda en México y Latinoamérica con este formato de tomar e irte (Grab and Go suena con más caché por estar en inglés) que no fue otra que un Oxxo en Nuevo León.
El Oxxo en cuestión está en el Tecnológico de Monterrey, en el campus principal, donde los alumnos son parte de un experimento semicerrado para ver qué tal funciona la cosa. Ir midiendo un modelo así en un área controlada lo hace más sencillo. Aunque retos quedan.
Por ejemplo, no puede comprar tabaco o bebidas alcohólicas. Un fallo en la plataforma que permita vender artículos prohibidos a menores de edad daría al traste con el esfuerzo. Y el esfuerzo es mucho, así como la tecnología; en la tienda hay más cámaras que metros cuadrados de construcción.
Y con tanta cámara usted puede comenzar a sentirse preocupado. Y sabiendo que toda su lista del super estará registrada un poco más. Por supuesto queda la duda de qué harán con las carretadas de información que se generarían con este modelo de tienda.
La teoría nos dice que las imágenes de video que vigilan cada paso en el establecimiento no contienen su rostro, solamente siluetas, por lo podría quedarse más tranquilo. Lo de sus hábitos de compra no hay tanto que hacer, quedarán guardadas para siempre en su expediente digital.
No obstante, este seguimiento híperpersonalizado ya lo hace cualquier otra red social con sus gustos, así que para qué preocuparse. El costo de la comodidad digital es volverse uno el producto.