Como ya va siendo vieja la costumbre, aún no topamos de lleno con la elección del 2024 y en el PRI camotero ya están viviendo de nuez su mayor pesadilla electorera, pos sin decir “agua va” comenzaron las traiciones a diestra y siniestra.
Así como lo leen, mis valedores, y es que pa’ desgracia de los tricolores, Enrique Doger Guerrero volvió a mostrar el cobre a lo varil, demostrando que pa’ las puñaladas por la espalda se pinta solo.
Cómo no, si fiel a su estilacho le fue midiendo el “agua a los camotes”, ahí nomás con el perfil bajo, sin amachinarse los reflectores y dejando que sus compas priistas se hicieran ilusiones rumbo al 2024.
Y de buenas a primeras le fue sacando filo al cuchillo cebollero, pa’ luego dejárselas caer como el mismísimo Pedro Navajas, como quien dice, todo un gañán en el arte de la verborrea y la puñalada fácil, traicionera, de barrio bajo.
Es más, mis culebras, tanto fue así que terminó por jurarle y perjurarle devoción al Nacho Mier, en su intentona por caerle a la mera casona de El Alto, a costa de como deba y como sea.
Ya que andamos encarrilados, mi chismoso tricolor ya rajó chipotle que con todo y el anuncio de Doger, también hay priistas cercanos a él que les cayó en el reverendo hígado el mentado chistecito.
Pos cómo no, si van a tener que tragarse un chingo y dos montones de sapos cuando se topen con morenistas de cepa, esos que le hacen el feo a todo lo que apesta a priista chapulín.
¡Voy, que me estoy peinando!, y eso sin contar cuando le estrechen las manoplas a Fernando Manzanilla y a todas las hordas de advenedizos, que alguna vez cantaron a lo sabroso su odio eterno.
Nel, banda, y con todo esto, la Netflix urge que los priistas se pongan las pilas en chinga, y dejen los discursos de unidad y soberbia pa’ otros tiempos, pos así como pinta el panorama les andan comiendo el mandado a lo machín.
¿Dónde quedaron los golpes de mando, los viejos manotazos en la mesa, el jalón de orejas o, de plano, las expulsiones al grano?
O qué, banda, ¿seguirá perdonando el PRI a los Leobardo Soto, Enrique Doger y los que se acumulen?
Perderistas claman por alianza
Con la novedad que al dirigente perderista, digo perredista, Carlos Martínez Amador, siempre sí ya lo convenció la alianza opositora.
Y es que luego de ningunearla, desestimarla y hasta cacarear que el mentado Frente dejaría en riesgo al PRD de perder el registro, ahora hasta la defendió.
Si hasta dijo que de esta Puebla cemitera la alianza, va porque va, nomás que están esperando el humo blanco desde la dirigencia nacional.
Como quien dice, que el clan de Los Chuchos termine de amarrar el nego, digo el acuerdo pa’ ponerle candado.
Por lo visto la memoria floja es lo de hoy, y si pega con chicle masticado, mejor, o al menos así lo topan en las tribus perredistas cemiteras.
Ahí se las dejo al costo.