Como decía mi Tía Lucha, “más rápido cae un hablador que un cojo”, y así merito podría pasarle al mandamás del Pacto Social de Integración en esta Puebla camotera, Carlos Navarro Corro, luego de andarle jugando al gurú polaco.
Y es que tanto le fue “midiendo el agua a los camotes” pa’ ver si alguna alianza lo pelaba y negociar rumbo al 2024, que no le quedó de otra que apresurarse a “doblar las manos”.
Pos cómo no, si aún faltando tiempo pa’ mover sus fichas y darse a desear entre los partidos y coaliciones, se atrevió a cantarla doble que hasta le sobraba músculo pa’ irse de a solapa y no deberle favores a nadie.
Es más, no se cansó de presumir que el PSI tiene estructuras en todos los rincones, pa’ proponer candidatos y movilizar cuadros, como quien reparte alfalfa entre pura caballada anémica.
Y es que de buenas a primeras se envalentonó, hasta presumir que les alcanzaría pa’ librar las elecciones del 2024 con los perfiles que metan en la puja.
Y ya que andaba en esas, no tardó en pintar su raya con el Frente Amplio por México y la alianza de Morena, al negar que ande barajeando al menos con sumarse a sus huestes.
Nel, banda, el Charlie se quiso ver de piedra y todo un estadista politiquero cuando siguió insistiendo que lo suyo, lo suyo, era apostar por los de casa.
Por cierto, ¿será que uno que otro chapulín desmemoriado se atreva a brincarle a las espaldas del PSI?
La Netflix, ¿el propio Charlie se creerá la vacilada de que con el cascajo que se cargan puedan salir medio librados del 2024, al menos pa’ mantener el registro local y no ver cómo se le escurre el bisne partidista?
Si a todas luces se nota que peligra la existencia del PSI, y más cuando todos ya están definiendo de qué lado soportarán los chingadazos que se esperan.
No por nada le agarró el “zacatito pal’ conejo” de reclamarle a Morena por usar a lo varil el logo del PSI, en un dizque apoyo masivo a la candidatura chicanera de la Claudia Sheinbaum.
Y es que nomás atajó que no quería meterse en pleitos legaloides y que mejor ahí la dejaba, eso sí, desmarcándose y, de paso, mirar pa’ otro lado.
Como cereza del pastel, mis culebras, puso en la mesa que será su hija, la senadora Nadia Navarro, quien decida cómo negociar su posición de perfil rumbo a la casona de El Alto.
Pos a la de a Wilbur, ahí sí aplicaría la de considerar en primera fila sumarse con alguna alianza, claro si es que la Nadia mueve con destreza sus canicas.
Vaya chismerío el que se traen en el PSI, banda.