Cómo andarán los chismarajos en las tripas de la Auditoría Superior del Estado, que a la titular, Amanda Gómez Nava, le vale un reverendo cacahuate cumplir con su chamba de informar cómo se mueve la marmaja camotera.
Y es que fiel a sus modos estirados, vueltas chinas y respuestas secas, igualito que cuando compareció en el Congreso cemitero, la Amanda se ha dedicado a ignorar olímpicamente las exigencias de los dipus locales.
Cómo no, si luego del reverendo ridículo que se chutó la auditora al no atar ni desatar, y hasta pecar de ignorancia en los mentados hoyos financieros en tiempos del góber Barbosa, ahí no quedó la cosa.
Ese tema le pasó de noche y ni las manos metió en el escándalo del Accendo Banco, mucho menos en las deudas con el SAT.
Si no, cómo chingaos explicar que no pudo decir ni pío de los más de 1 mil 300 millones de morlacos que quedaron bailando, y que la ASE terminó como que no viendo ni oyendo.
Ya que andamos en esas, los dipus locales le exigieron que se pusiera al tiro y dejara la soberbia a un lado, o si no que se fuera preparando pa’ dejar el cargo de patitas a la calle.
Como quien dice, le pusieron un ultimátum, banda, pa’ que al menos por escrito respondiera completitas las preguntas de las que le andaba jugando a la omisa.
Y así como van las cosas, es la fecha en que la Amanda ni todo su séquito han cumplido con el papelito, ni qué decir de informar al Congreso de cómo va arrejuntando la palabrería pa’ que no la acusen de desacato.
Es más, mi chismoso legislativo ya cantó sabroso que la Amanda está a nada de que le lluevan escarmientos por tirar de a locos a los dipus locales. Porque no le perdonan sus modos altaneros y darse a notar casi, casi como toda una intocable, y estirar el tiempo pa’ no cumplirle al Congreso.
Ahí de mientras, el futuro de la Amanda está en sus propias manos, mis carnales y todo depende de cómo evite salirse por la rechiflada tangente.
Poder Judicial, el voto en contra
Habrá que estar pendientes de cómo se viven en esta Puebla camotera los reclamos en el Poder Judicial de la Federación, tras la chicanada de desaparecer fideicomisos a favor de trabajadores y jubilados.
Y es que una cosa queda clara: las suspensiones, paros y marchas terminarán afectando a la banda y, de plano, no descarten que terminen cobrando facturas a las huestes morenistas.
Eso sí, con la votadera del 2024 a la vuelta de la esquina, tarde o temprano los negativos pegarán con tubo y donde duele.
Ahí se la dejo al costo.