Después de que desde el 24 de enero la banda chambeadora del sindicato le entrara al tú por tú con la huelga, exigiendo 15.5% de incremento en sus lanas, sigue viva la guerra de lodo allá por la planta de Audi.
Luego que se armara el estira y afloja y los patrones negaran soltar el aumento de salario, pos el gremio se lanzó a la aventura de estallar la huelga. Eso sí, en espera que se negociara alguna propuesta pa’ que todas las partes quedaran conformes, y siguieran como si nada hubiera pasado.
Pero ahí no quedó la cosa. Mientras los de los cuatro circulitos aceptaron el nuevo 7% de más marmaja, y el sindicato terminaba por apretarse los chones, ya se esperaba que la cosa no quedara ahí.
Acá entre nos, mi chismoso talachero ya soltó que al interior del Sitaudi se barajean las versiones que la empresa ya no sabe cómo tratar de desconocer la huelga.
Lo que ha dejado al gremio a ponerse al tiro y estar con el ojo chícharo de las cosas que ordene el Tribunal Laboral Federal, donde se está librando una verdadera lucha de máscara contra cabellera.
Y no sólo eso, pos luego de la última consulta que armaron los chambeadores, donde le dijeron nel al aumento salarial de 7%, la mata siguió dando.
A la de a Wilbur, el susodicho Tribunal Laboral ya jaló todita la liga pa’ conocer si la huelga en Audi está al tiro, o nel. Pos pa’ eso pidió que se armara de nuez otra votación, eso sí, con cara de recuento pa’ que de “un ave” se defina si es “existente” o “inexistente”.
Ahí de mientras, la votadera será el 19 de febrero, mis culebras, en el mismísimo Centro Cultural Universitario de la BUAP de las 8 hasta las 5 de la tarde. En una de esas, todo se puede decidir ese día, pos o la huelga se reconoce o se tira por el caño.
Todo depende de cuánta banda le caiga al CCU.
Zaldívar y el escupitajo al cielo
Será hasta el venidero cuando se sabrá el futuro del dirigente pitufo en la capirucha, Jesús Zaldívar, pos será cuando reinicie su audiencia ante Doña Justicia.
Y es que el Chucho enfrenta acusaciones por presunta falsificación de documentos y abuso de autoridad, cuando movía los hilos en el Conalep.
Cómo no, si más allá que se ande tirando al piso y se dé golpes de pecho por la democracia, lo cierto es que habrá que esperar qué le espera el futuro.
De entrada, nada ayuda en su credibilidad andar escupiendo al cielo y abrirle las puertas a morenistas que no se cansó de atacar, como Claudia Rivera.
Al buen entendedor pocas palabras, ¿o no?