El mundo de los autos eléctricos tiene dos nombres. BYD y Tesla. El Cid Campeador chino y el Rey Arturo gringo de la era moderna, batallando no solo por el mercado, sino por definir el futuro del transporte personal.
Tesla, empresa que parece más una producción de Hollywood que un fabricante de autos, ha vuelto a romper su propio récord de ventas con el Modelo Y, con una sorpresa desde el oriente, BYD, una Cenicienta que no solo llegó al baile, sino que lo está liderando, superando a Tesla en ventas de vehículos eléctricos a nivel mundial.
Si miramos más allá de las cifras, veremos que comparar a Tesla y BYD es como comparar manzanas y naranjas. Cada uno juega en su propia liga, con Tesla llenando de gadgets y lujos sus vehículos, mientras que BYD apuesta por la eficiencia y accesibilidad.
Este último lanzó el BYD Seagull, un pequeño auto de limitada autonomía, pero un precio que no hace llorar la cartera, debajo del equivalente de doscientos mil pesos. El Modelo Y de Tesla comienza alrededor del melón de pesos.
BYD es corto para «Build Your Dreams», construye tus sueños, y tanto los sueños como los autos deben construirse. Y BYD está mirando a México con deseo.
La noticia salió primero en el medio japonés Nihon Keizai Shimbun, mejor conocido como Nikkei, el termómetro económico más confiable de Asia. De ahí, corrió como pólvora por México. ¿A dónde se iría a establecer?
Primero se especuló que Nuevo León, pues la presidenta de BYD Américas estuvo por esas tierras de la mano del gobernador Samuel García.
Rápidamente se cambió la jugada, pues la misma autoridad de BYD indicó que esta inversión sería enfocada para el mercado local, por lo que querrían estar cerca de grandes densidades poblacionales. Ella misma puso un número sobre la mesa, 200 km a la redonda de la Ciudad de México. ¿Puebla? ¿Estado de México? ¿Hidalgo?... ¿Tlaxcala?
Todas las especulaciones se trastocaron el viernes pasado, pues el secretario de desarrollo económico de Jalisco anunció que la empresa había mandado una delegación para medirle el agua a los camotes.
Este interés de BYD por establecer una planta en México no sólo subraya la importancia del país como un nodo crítico en la cadena de suministro automotriz, sino que también pone de relieve la creciente influencia de China en la región.
Puebla puede ofrecer mano de obra, la cercanía de Veracruz, y su ubicación privilegiada para atender a la gran urbe nacional, una megalópolis de más de 35 millones de personas. ¿Será suficiente para vencer a Manzanillo y un entorno industrial más desarrollado como el de Jalisco?
El gobernador Sergio Salomón y su secretario de economía, Ermilo Barrera, inauguraron el año pasado una agencia de coches BYD ¿Habrá un anuncio importante con el que cerrarían la administración? ¿O será una negociación que se conocerá hasta pasados los tiempos electorales?
Los montos no son menores, pues se estima que la planta costaría entre 600 y 700 millones de dólares, aunque eso es lo de menos. El ecosistema de proveedores, transferencia de tecnología, y apertura hacia China, podrían transformar a Puebla en la misma magnitud que Volkswagen terminó generando para nuestro estado.