En qué buena temporada de zopilotes ya se convirtió la carrera pa’ renovar desde las entrañas la dirigencia estatal del PAN camotero, luego de la desastrosa elección donde terminaron perdiendo desde la máscara hasta la cabellera.

Apenitas se confirmó la debacle panista, comenzaron a revolotearse las aguas en espera de cómo se irán acomodando lo que queda de las fichas albiazules.

Desde los que se dan golpes de pecho, pasando por los que no paran de aplicar la chillona, los advenedizos y hasta los desmemoriados.

Como quien dice, todos los pitufos ya comenzaron a ver por dónde irse agenciando el camino pa’ llegar a la esferita quebradiza que le llaman dirigencia estatal, banda.

Y es que de entrada, todos le andan apostando a la dizque crítica, a ponerse al tiro, explicarse una tras otra el golpe de realidad que los dejó chiflando en la lomita.

Pero la Netflix, mis carnales, ¿en serio los pitufos están dispuestos a dejar atrás la sangre panista pa’ renovarse?

Cómo no, mis carnales, si de entrada más allá de irse acomodando entre sus propios grupos, y turnarse las dirigencias en cualquier orden, banda, su chismerío también es de otro rollo.

Pos de qué sirve que se la pasen cacareando que deben abrirse a la sociedad, si lo que menos han hecho es darle voz de a devis a los chambeadores y a los carnales de a pie.

Ni qué decir con los dizque grupos minoritarios, LGBT, migrantes, y todos los que se acumule, ora sí que todos los que han visto nomás de reojo.

Los pitufos tienen de frente no sólo el reto pa’ renovarse en sus cristalitos y juegos de poder, también de cómo jalar pa’ su causa votos y masas, pos no les queda de otra que el mero desfiladero.

Y eso sí, banda, de entrada deberían echar pa’ la barranca a los cartuchos quemados, los dinosaurios y los sacos de naftalina que les urge desempolvar.

Como quien dice, “ya lo pasado, pasado”.

Seguridad y las patitas en la tierra

No habrá que perder de vista que una vez que ya fueron las votaderas, hay que poner las patitas en la tierra, mis carnales.

Urge que la seguridad, la vigilancia y la tranquilidad de los chambeadores no dejen de verse ni de sentirse.

Cómo no, si así ha quedado echado el tiro con los últimos hechos de violencia que se han registrado en esta Puebla cemitera.

Nomás pa’ darse un quemón ahí están los linchamientos en Atlixco y Huejotzingo, la balacera en San Píter, el cuerpo de una mujer hallado en la Puebla capirucha.

La seguridad es una prioridad y luego de las votaciones “a otra cosa, mariposa”.